Andaba inocente, quizás un poco nerviosa. Melissa Quevedo pensaba en todo menos en las cascadas o en las grandes figuras enmarcadas dentro del cielo de un país nórdico. Sentada ante un gran número de estudiantes, se preparaba para dar una ponencia a la que había sido invitada en febrero pasado.

En el marco del ‘Día de la niña y la mujer en la ciencia’, celebrado usualmente por la Universidad del Atlántico (su alma mater), la joven barranquillera se enteró de que había sido escogida para realizar una pasantía de tres meses, junto con otro estudiante del plantel educativo llamado Luis Jiménez, en la Universidad de Oslo, Noruega. Una iniciativa del Consorcio de Educación en Tecnología Cuántica (QTECNOS).

La sorpresa no solo fue para los presentes, también para ella. La anfitriona del evento tomó el micrófono, relató algunas de sus experiencias pasadas, su título profesional y terminó con la simple frase: “actualmente acreedora de la beca a la Universidad de Oslo, Noruega”. Boca abierta por varios segundos.

Quevedo, de 28 años y estudiante de la Maestría en Ciencias Físicas Sue Caribe en la misma Universidad del Atlántico, ya sabía de su postulación mas no del resultado. Con la profesora Zulia Caamaño De Ávila, tutora de la barranquillera, tomó la decisión de postularse a la convocatoria, pues sería una oportunidad de oro para que, con los equipos del laboratorio en el país europeo, lograse terminar su trabajo de grado enfatizado en los materiales magnéticos nanocristalinos.

“Me emocioné mucho y le di gracias a Dios en ese momento por esta oportunidad”, apuntó la becada a Zona Cero.

Su esposo, James Martínez, fue el primero en enterarse por boca de ella. Felicidad absoluta. Ni hablar cuando lo supieron sus padres y sus hermanas. Todos hoy están orgullosos de su nuevo logro.

Los alcances de sus buenas notas

No hay muchas personas que vayan por la vida queriendo graduarse como profesionales en física. Melissa Quevedo fue una de esas excepciones. Pateó el tablero y abortó la idea de escoger alguna de las otras carreras convencionales. Los números llamaron su atención, aunque defienda que su carrera no es solo cálculos.

“La física no es solo números, ni algo complicado, sino una carrera que puede tener diversas aplicaciones. En el colegio me gustaba mucho esta asignatura, aunque tampoco era la mejor. Me di cuenta de que la física es una de las ramas de la ciencia que explica gran parte de los fenómenos naturales. Es primordial para la vida y el mundo”, explicó Melissa.

“Muchos se van por la parte de la academia y piensan que esta carrera solo tiene esa salida. No es así. La física se aplica en la tecnología y hasta en la programación. Tengo varios compañeros trabajando en empresas con esa especialidad”, agregó.

Su carrera la desveló muchas veces, pero también la llenó de varias alegrías. Una de ellas fue cuando le dio la oportunidad de conocer a los Estados Unidos. Noruega, no será su primera experiencia fuera del país.

 “La física te da muchas oportunidades. La Universidad de Notre Dame en Indiana, Estados Unidos, hace programas de verano para nativos y extranjeros. Allá hubo un egresado de la Universidad del Atlántico que nos propuso para asistir a varios estudiantes y las cosas se dieron. Hicimos una pasantía investigativa y terminamos con una ponencia de los conocimientos adquiridos ante todos los estudiantes y profesores. Tremenda experiencia cultural”, expresó la barranquillera.

En tierras norteamericanas se interesó por el inglés y ahora que sabe que pisará Noruega, mucho más. Practica el idioma todos los días, intenta hablarlo en el poco tiempo que le queda libre después de trabajar como laboratorista de la Universidad de la Costa. Allá también se destaca. El noruego es la lengua natal de su próximo destino, aunque ese se le hace más difícil.

La emoción crece todos los días para la graduada profesionalmente en octubre del 2021, mucho más cuando sabe que el otro ganador de la beca, Julio Jiménez, este con un proyecto enfocado a la construcción de bits cuánticos, ya está en territorio noruego aprendiendo de cada uno de sus nuevos tutores. Melissa Quevedo tendrá que esperar un poco más, puesto que será en septiembre cuando un avión la llevará rumbo a su nueva experiencia.

“Siempre me esmero por ser una buena estudiante, me visionaba haciendo algo grande. La Melissa de niña estaría muy orgullosa de todo el esfuerzo que he hecho. Gracias a Dios por su ayuda en los emprendimientos tomados. Dejé de hacer muchas cosas para salir adelante, cuando quieres algo debes sacrificarte por eso”, sentenció.