Jhon Andri Ortiz y su papá, Jhon, en la entrega de credenciales para los Consejos de Juventud.
Jhon Andri Ortiz y su papá, Jhon, en la entrega de credenciales para los Consejos de Juventud.
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Juan Pablo Mercado

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Jhon Andri Ortiz, a sus 14 años, es la voz Zenú en los Consejos de Juventud en Barranquilla

Es el Consejero para la Juventud de menor edad en la ciudad.

El segundo nombre de Jhon Andri Ortiz Donado rinde tributo al jugador favorito de su padre, el exdelantero ucraniano que a principios de este milenio jugaba en el Milán, Andriy Shevchenko. Pero a sus 14 años, este adolescente tiene un compromiso más importante que el fútbol: salvaguardar su cultura zenú. 

Sus abuelos llegaron a Barranquilla, al barrio Rebolo, en la década de los 90’, desplazados de San Andrés de Sotavento, Córdoba, por la violencia.

Al llegar a la capital del Atlántico se encontraron con un panorama de más oportunidades, pero también con la posibilidad de que sus raíces se pierdan con lo céntrico que es Barranquilla para la Costa Caribe.

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Es por eso que con solo 14 años, Jhon Andri, estudiante del colegio Fe y Alegría de Rebolo, tiene la oportunidad de ser una voz en los Consejos de Juventud, donde podrá participar en el Concejo de Barranquilla para velar por la promoción de las políticas a favor de los más jóvenes de su comunidad. 

Jhon Andri Ortiz, consejero para las Juventudes.

“Hago parte de Semillas de Vida, que es un espacio de los pueblos Zenú para iniciar a los niños en el cuidado de nuestra cultura y hacemos trabajos para que no se pierda”, contó Jhon, quien es el más joven de los consejeros elegidos para la ciudad.

Su nombre llegó a los Consejos de Juventud a través de una Asamblea de Juventud de la comunidad y su curul es especial, al ser víctima de la violencia en el país.

“Nosotros tenemos un plan de vida que es a 12 años y tenemos una línea de fortalecimiento de juventud, que son las Semillas de Vida para salvaguardar nuestra cultura porque estamos en un contexto urbano y no es nuestro territorio. Aquí nos mezclamos con muchas culturas y la de nosotros se debilita, por eso luchamos para salvaguardar nuestros usos y costumbres”, afirmó.

El Registrador especial para Barranquilla, Pedro Varela, y el consejero Jhon Andri Ortiz.

Entre esas costumbres está el sombrero vueltiao, los juegos tradicionales y la gastronomía, como el mote de queso. 

Jhon Ortiz, padre del joven consejero, no ocultó su felicidad por la elección de su hijo, al mencionar que “lo que queremos es que nuestra cultura siempre esté viva”.

Aunque su hijo pudo estar destinado para el fútbol, ahora está siguiendo sus pasos, porque a pesar de ser administrador de empresas es una voz indígena contrastada en la ciudad.

“Soy parte de la Mesa de Víctimas Distrital, represento a todos los indígenas víctimas. He tenido la oportunidad también de ser parte de la Mesa de Víctima departamental, he viajado a Canadá al Foro Internacional Indígena, donde muchos pueblos llegan”, afirmó el orgulloso padre.

Jhon Andri Ortiz con su papá.

“Queremos transmitir esa enseñanza a estos jóvenes para que sigan esa ruta de trabajar por nuestros derechos”, remató.

John, también aficionado por la programación de sistemas, es uno de los 96 jóvenes que recibieron sus credenciales para el Consejo de Juventud en Barranquilla este viernes en el Colegio La Salle. Ahora emprenderá una labor vital para que sus raíces sigan vigentes.

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