El Papa Francisco durante la multitudinaria misa en el Parque Metropolitano Simón Bolívar.
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César Carrión / Presidencia

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“Jesús nos invita a ser constructores de la paz, promotores de la vida”: Papa Francisco

En misa en el Parque Simón Bolívar, el Sumo Pontífice dijo que los colombianos tienen que subirse todos a una misma barca.

El Papa Francisco llamó a todos los colombianos a ser constructores de paz y promotores de la vida, durante la homilía de la misa llevada a cabo este jueves en el Parque Metropolitano  Simón Bolívar de Bogotá ante casi un millón 300 mil personas.

El Pontífice se refirió a la lectura del Evangelio de San Lucas, que habla de ‘pescadores de hombres’, es decir del llamado de los primeros discípulos por parte de Jesús en el mar de Galilea.

“Según una antigua lectura cristiana, el mar también representa la inmensidad donde conviven todos los pueblos y evoca todo aquello que amenaza la existencia humana y que tiene el poder de destruirla”, anotó el Papa.

Y añadió: “la Palabra de Jesús tiene algo especial que no deja indiferente a nadie; su Palabra tiene poder para convertir corazones, cambiar planes y proyectos”.

Para Francisco, en Bogotá y Colombia “se encuentran multitudes anhelantes de una palabra de vida, que ilumine con su luz todos los esfuerzos y muestre el sentido y la belleza de la existencia humana”.

Según el Papa, también en esta tierra hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos.

El Papa se refirió a la Patria boba, “Nosotros podemos enredarnos en discusiones interminables, sumar intentos fallidos y hacer un elenco de esfuerzos que han terminado en nada; igual que Pedro, sabemos qué significa la experiencia de trabajar sin ningún resultado. Esta Nación también sabe de ello, cuando por un período de 6 años, allá al comienzo, tuvo 16 presidentes y pagó caro sus divisiones (“la patria boba”); también la Iglesia en Colombia sabe de trabajos pastorales vanos e infructuosos, pero como Pedro, también somos capaces de confiar en el Maestro, cuya palabra suscita fecundidad incluso allí donde la inhospitalidad de las tinieblas humanas hace infructuosos tantos esfuerzos y fatigas”.

“En Bogotá y en Colombia peregrina una inmensa comunidad, que está llamada a convertirse en una red vigorosa que congregue a todos en la unidad”, indicó Jorge Bergoglio.

Y añadió: “Hace falta llamarnos unos a otros, hacernos señas, como los pescadores, volver a considerarnos hermanos, compañeros de camino, socios de esta empresa común que es la patria. Bogotá y Colombia son, al mismo tiempo, orilla, lago, mar abierto, ciudad por donde Jesús ha transitado y transita, para ofrecer su presencia y su palabra fecunda, para sacar de las tinieblas y llevarnos a la luz y la vida”.

Y puntualizó : “Jesús nos invita a ir mar adentro, nos impulsa al riesgo compartido, a dejar nuestros egoísmos y a seguirlo. A perder miedos que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y retardan la urgencia de ser constructores de la paz, promotores de la vida”.

 

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