Santiago Ochoa, joven decapitado en Tuluá.
Santiago Ochoa, joven decapitado en Tuluá.
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Investigan el caso de joven decapitado en Tuluá: era de la "primera línea" de las protestas

Fue identificado como Santiago Ochoa, de 22 años.

Las autoridades colombianas investigan el asesinato de un joven, que pertenecía a la llamada "primera línea" de las protestas, que fue decapitado y cuya cabeza fue hallada en una zona rural del municipio de Tuluá, Valle del Cauca (suroeste), informó este lunes la Policía.

La cabeza de Santiago Ochoa fue encontrada dentro de una bolsa plástica en el caserío Aguaclara, de Tuluá, indicó la Policía en un comunicado.

El cuerpo de este joven, que pertenecía supuestamente al grupo de jóvenes que, con la cara cubierta y escudos artesanales, están en la primera línea en las protestas que suceden en el país desde el pasado 28 de abril, aún no ha sido encontrado.

El comandante de la Policía del Valle, el coronel Jorge Urquijo Sandoval, dijo en una declaración que no es cierto que efectivos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), perteneciente a la Policía, estén relacionados con el hecho porque esa unidad no ha realizado procedimientos durante los últimos días en ese municipio.

"Desde hace aproximadamente un mes no existe ningún procedimiento por parte de uniformados del Esmad en este municipio. Rechazamos contundentemente los señalamientos irresponsables que se están haciendo a través de redes sociales vinculando a nuestros uniformados con estos lamentables hechos", aseguró el alto oficial.

El Gobierno informó que la Fiscalía y la Policía investigan el crimen y ofreció una recompensa de hasta 10 millones de pesos (unos 2.650 dólares de hoy) a quienes ayuden a encontrar a los culpables.

Por su lado, el presidente colombiano, Iván Duque, rechazó el crimen y dijo que "como país nos duele la muerte de todo colombiano, pero el atroz crimen del joven Santiago Ochoa en la ciudad de Tuluá merece todo nuestro rechazo".

Tuluá fue una de las ciudades donde más hechos violentos se produjeron durante las últimas protestas del paro nacional, con represión policial y la quema del Palacio de Justicia por un grupo de gente sin identificar.

Esta ciudad del convulso suroeste colombiano fue una de las paradas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) durante su visita de trabajo hace un par de semanas.

"No es posible que este tipo de barbaries, de atrocidades que conmueven a la opinión pública nacional e internacional sigan sucediendo", dijo Luz Marina Hache, vocera del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice).

Agregó que "no puede ser que ante la demonización de jóvenes de la primera línea se quiera acallar sus voces con este tipo de escabrosos hechos".

EFE

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