“Hay mucho interés para que las creaciones sean amigables con el medio ambiente”
El 26 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Propiedad Intelectual.
La campaña que conmemora el Día Mundial de la Propiedad Intelectual promueve este año la innovación y los derechos que en esta materia impulsen la sostenibilidad ambiental. Esta fecha, celebrada cada 26 de abril por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi), ha coincidido en 2020 con la crisis que atraviesan más de 200 países por la pandemia del coronavirus.
¿Qué tan importante es la propiedad intelectual para lograr la sostenibilidad ambiental? ¿Es una herramienta para que las personas mejoren su calidad de vida? Esas y otras interrogantes fueron respondidos por el director de Innovación de la Universidad Simón Bolívar, Fredy Sánchez Merino, abogado especialista en patentes y magíster en Gestión de la Propiedad Intelectual.
¿De qué manera puede la propiedad intelectual impactar la sostenibilidad ambiental?
La propiedad intelectual funciona de forma general como un sistema público-privado de reconocimiento de derechos, a través del cual el Estado confiere unos monopolios respecto a creaciones que sean protegibles y esto se constituye en un estímulo para el innovador, para el creador, porque además de la exclusividad en los derechos por un periodo de tiempo determinado, recibe beneficios económicos. Ello le incentiva a seguir creando y es aplicable de forma general para todas las formas de creación.
En el caso de la sostenibilidad, el sistema de propiedad intelectual funciona, según se explicó, fomentando la innovación en esta área e incentivando a la creación de invenciones amigables con el medio ambiente.
Las oficinas de tipo internacional como la OMPI coadyuvan a la protección de este tipo de soluciones porque facilitan la transferencia tecnológica entre patentes que son para soluciones ecológicas o amigables con el medio ambiente, lo que promueve el interés alrededor de este tipo de soluciones.
¿La PI puede incidir en la protección del medio ambiente? ¿De qué forma?
Definitivamente. A modo de ejemplo, si mi sistema de patentes garantiza protección a innovaciones que sean amigables desde el punto de vista ambiental, el innovador se verá motivado a seguir creando y mejorará el estado de la técnica con respecto a las soluciones que sean ambientalmente amigables.
Hay otras oficinas que tienen unas particularidades puntuales a nivel internacional, que también promueven o priorizan este tipo de soluciones verdes. Un ejemplo es Brasil, donde el Inpi (Instituto Nacional da Propriedade Industrial, equivalente a la SIC en Colombia), prioriza aquellas patentes que demuestren que impactan el medio ambiente de manera positiva. Esto es un incentivo para que la creación de soluciones técnicas sea en favor del medio ambiente.
A propósito de la patente registrada por su Grupo de Nefrología sobre diagnóstico y monitoreo de nefritis lúpica, ¿cómo está impulsando Usimón la creación y registro de patentes?
Desde la Vicerrectoría de Investigación, Extensión e Innovación de la Universidad Simón Bolívar se ha creado la Dirección de Innovación, que se encarga, entre otras cuestiones, de establecer e implementar nuevas políticas de propiedad intelectual. Entre esas, se incluye el establecimiento de un mecanismo de registro, vigilancia e identificación de materia patentable, el cual, con ayuda de ciertos aliados, logramos materializar y comenzamos un proceso que se inicia desde la base, es decir, los grupos de investigación. Con estos analizamos si, en cada caso concreto, el resultado de sus trabajos podría ser un producto objeto de protección de una patente.
¿Se han incrementado los proyectos a partir de la pandemia por Covid-19?
De manera general los proyectos de investigación, sobre todo aquellos enfocados en obtener materia patentable, se han venido incrementando de manera gradual, a lo largo de los últimos cinco años. Esto está impulsado por una especialización de nuestros grupos de investigación, así como la adecuación a los lineamientos de Colciencias (hoy Minciencias) y de la Superintendencia de Industria y Comercio para poder participar en ciertas convocatorias, y como resultado de la acreditación institucional de alta calidad obtenida en 2016 por la Universidad Simón Bolívar.
¿Por qué es importante que una institución, como una universidad, logre patentar invenciones que resulten de sus proyectos de investigación?
Es importante obtener materia patentable. Sin embargo, acá se debe recalcar que buscar patentes no debe ser el objetivo de los investigadores. La patente es el resultado final de un proyecto o proceso de investigación en el cual se obtiene o no una solución técnica, que pudiera resultar en protección por parte del Estado y la obtención de un monopolio para los inventores.
Ahora bien, la investigación tiene un propósito mucho más noble que este, que es precisamente solucionar problemas que existen. Si de este propósito se puede obtener una materia patentable, pues ideal, porque además de que genera prestigio, da la posibilidad de explotación comercial de la patente, lo cual generaría unos recursos económicos a través de la creación de spin-off puesto que las universidades como entidades sin ánimos de lucro no pueden llevar a cabo este tipo de actividades.
Entonces, sí, es muy importante lograr patentes de invención que se desarrollen como parte o como resultado de las investigaciones, pero no es que se persiga este objetivo, sino que es una consecuencia de una investigación bien fundamentada en la que se hizo una búsqueda previa del estado de la técnica.
¿Qué tanto repercute la obtención o no de una patente en la reputación de una universidad?
Mucho. La patente es el resultado de una solución técnica que es disruptiva para el estado del arte y, por lo tanto, es una investigación que cumple unos requisitos de novedad, con una altura inventiva importante, que cuenta con la aplicabilidad industrial que se exige para patentar y, en consecuencia, es reflejo de una investigación muy bien estructurada que le sirve de base.
Si obtienes una patente es, de cierta forma, un reconocimiento del Estado de que tu investigación fue sólida. Entonces, claro, repercute muchísimo en la reputación de una universidad.
¿Qué otra clase de beneficios trae la obtención de una patente?
Además del prestigio para investigadores y la universidad, ofrece también unos beneficios económicos que, de lograrse la transferencia tecnológica de la solución, sirve para cerrar brechas tecnológicas que puedan existir y para ayudar comunidades.
Muchas veces, las soluciones que ofrecen las invenciones tienen un impacto comunitario importantísimo en el sentido que permiten resolver problemas sociales que son urgentes, como escasez de agua potable o el uso y la obtención de energía renovable y demás.
Es provechoso también para profesores investigadores por el prestigio: les sirve para sus rankings de cara a MinCiencias porque la patente es lo que se reconoce como “producto top”. Por eso estamos trabajando en actualizar el reglamento de propiedad intelectual interno.
*Con información de Universidad Simón Bolívar