Hambre con la alacena llena
La crisis del presupuesto de la Universidad del Atlántico, analizada por un ex rector y publicada textualmente sin edición alguna.
Rafael Castillo Pacheco
Como en el cuento de Kafka, el buitre se comió a picotazos los zapatos, las medias y luego agujereó hasta dejar casi hecho pedazos los pies de la víctima, que se defendía del asedio del ave fiero que preparaba sus ataques volando en círculos simétricos. Un transeúnte al ver la escena, se acercó ensombrecido por el umbral de dolor tan alto de ese ser que se defendía de los picotazos del temerario animal. El auxiliador sugiere al ofendido eliminar el animal y que tardaría media hora en ir y venir con el fusil para activar la bala de gracia. Mientra eso ocurre, el rapaz animal precipita su pico sobre la boca del indefenso personaje provocándole una hemorragia de sangre, evento con el cual el ave comienza a ahogarse.
Así parecido es el mundo Kafkiano de la Universidad del Atlántico sometida a un recetario neoliberal, que suspendió el pago de prestaciones sociales, un ruinoso achicamiento de la nómina administrativa, la suspensión de recursos para los proceso de calidad académica principalmente de investigación, un pasmoso endeudamiento crediticio, el aumento de las matriculas y de los derechos académicos, a cambio de privilegiar el pago de una deuda de 132 mil milores de pesos que no se termina de cancelar y que volvieron la prioridad central.
Siendo prisioneros del buitrear, se apareció una fórmula para acabar con el inenarrable calvario. Los pensionados se idearon con éxito la figura jurídica de una acción popular con la que forzaron al gobierno central y departamental a aumentar su participación en 22 mil millones de pesos y devolverle con ese fallo los valores dejados de pagar por esos entes que superan lejos los 300 mil millones de pesos por concepto de pensiones. Era ese el tiro que podía poner fin al buitre que revolotea en nuestro campus para lo que no hubo determinación en el rectorado de Ana Sofía y tampoco la hay en su fórmula continuista, de solicitar esos recursos. Si esto es así de claro, como pueden plantearse una reducción del presupuesto del tamaño que proponen, asignando solo una partida de 5 mil millones de pesos por recursos de capital, si es que lo que se tiene que hacer cumplir es el fallo del Consejo de Estado.
Estábamos a media hora de darle su fin al necrófago, cuando en uno de sus tremebundos vuelos toma su mayor impulso para asestarnos su ganchudo pico en nuestras bocas . Así con el estilo de no explicar, sino unilateralmente decidir, nos dan un zarpazo de 85 mil millones de pesos menos en nuestro presupuesto para 2.016 que nos llevará irremediablemente al colapso y al marchitamiento de lo que académicamente construimos con tantas carencias y limitaciones, acercándonos a políticas privaticionistas signadas de "neoliberalismo académico". Las propias cifras oficiales que presentan en el presupuesto los pone al descubierto, que acabaran con la investigación ( 3.400 millones para 2.016), pues los solos proyectos del 2.014 valen $2.800 millones, sin incluir los de 2.015, lo quiere decir que habría 600 millones para apoyar los del presente y lo del año que viene, lo cual es una aberración, como lo es también la reducción de la inversión en un 40%.
Se estimula el acercamiento de las placas tectónicas, cuando puede evitarse el sismo: La liquidación del concurso docente para 147 plazas, constituye el mayor retroceso a los planes de acreditación institucional y de programas, entre otras cosas porque desaparecieron las presiones del MEN. Moriran las políticas de bienestar para estudiantes como son las becas o matricula cero y también el programa de almuerzos subsidiados. La merma abrupta en los gastos, va incidir negativamente en la contratación de docentes tiempos completos ocasionales y catedráticos que serán disminuidos. Ni que decir del imperativo proyecto de urgencia de la planta de personal de la institución, que en los hechos está sepultada al no tener soporte presupuestal para 2.016. ¿Si se atreven a prometer un 50% de aumento en el rubro de recursos propios, lo haran subiendo las matriculas?
Los directivos actuales buscan estabilisarze en los cargos, sin importarle la desestabilización de la Universidad Del Atlántico. Hay un alejamiento de las mejores practicas de buen gobierno universitario, en diversos temas que también incluyen la elaboración y ejecución del presupuesto a pesar de tener un gran valor participativo en la democracia universitaria. Un estudio realizado por la Universidad Javeriana y la Escuela Javeriana de gobierno y Ética Pública titulado "Recomendaciones para una política pública sobre buen gobierno universitario en Colombia" niega lo que Salomón Kalmanovitz (traídos por la rectora y su esposo a la U) afirmara que las mejores universidades no son democráticas, mas bien puntualiza como calidad y autonomía van de la mano, y cuanto debe ser la cercanía del presupuesto a los planes estratégicos, elemento que no se ve en este trasquilado ejercicio formulado por desconocedores de las finanzas universitarias.