Gobernador de San Andrés lanza S.O.S. por retiro de rutas de Viva Air y alerta por “crisis social” en la isla
Everth Hawkins Sjogreen deja en manos del Gobierno Nacional la tabla de salvación para recuperar los ingresos por turismo y garantizar el futu
El Gobernador de San Andrés, Everth Hawkins Sjogreen lanzó este martes un S.O.S. por el retiro de rutas de Viva Air y anticipó que “se avecina una crisis social” en la isla.
El Gobernador dijo que sólo se evitará la crisis si el Gobierno Nacional atiende su solicitud para la exención urgente de los impuestos a los combustibles, para poder recuperar la conectividad aérea del Archipiélago y, por ende, los ingresos por turismo.
“Quiero enviar un mensaje de preocupación a todos nuestro país”, dijo el Mandatario en una intervención en video en la cual plantea las implicaciones de la decisión de Viva Air de suspender toda su operación en Colombia.
“Son cuatro vuelos menos para el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Eso significa menos flujo de turistas, significa menos ingresos para la entidad territorial, significa menos ingresos para el empleo”, indicó el mandatario departamental.
Durante su intervención, se refirió expresamente a lo manifestado al presidente Gustavo Petro y al Gobierno durante la pasada cumbre de gobernadores. “Por favor, necesitamos conectividad aérea y la decisión está en manos de ustedes. El gobernador ha perdido toda competencia constitucional para hacerlo, así que en manos de ustedes está el futuro económico de toda nuestra población”, concluyó Hawkins Sjogreen.
San Andrés fue la semana pasada el destino nacional invitado a la Vitrina Anato, que se realizó en Bogotá. Resultó una importante oportunidad en momentos en los cuales una suma millonaria ha dejado de entrarle a San Andrés por la caída significativa de turistas.
Los problemas se han profundizado por la reducción en los vuelos comerciales por los altos costos de los combustibles, afectando significativamente al turismo, que representa el 90 por ciento de los ingresos. El impuesto existe desde 2015, pero solo se sintió su impacto el año pasado por la devaluación del peso frente al dólar.