Adamaris Verdugo, Jesús Daniel Quiroz y Julián Cantillo Pineda, estudiantes fallecidos en planteles educativos.
Adamaris Verdugo, Jesús Daniel Quiroz y Julián Cantillo Pineda, estudiantes fallecidos en planteles educativos.
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Redes Sociales.

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¿Generación de cristal o falta de empatía?: el drama silencioso de los jóvenes

El fallecimiento del joven Julián Cantillo Pineda es el caso más reciente del fenómeno del suicidio en universidades. Con él ya suman 4 los casos ocurridos en menos de un año en universidades.

En lo que va corrido de 2024, dos universidades de Barranquilla han sido escenario de un fenómeno que conmueve no sólo a la comunidad educativa sino a toda la sociedad: el suicidio de jóvenes estudiantes. Son tres los casos en este 2024 y 4 en menos de un año.

Dicho fenómeno ha encendido una vez más las alarmas sobre la salud mental de los adolescentes, además de la falta de empatía de la ciudadanía, y ha reavivado en las redes sociales el debate sobre el término "generación de cristal", una etiqueta que, lejos de ayudar, podría estar exacerbando la situación.

Este famoso término "generación de cristal", se viene utilizando desde hace algún tiempo para referirse a las nuevas generaciones, describiéndolas como “frágiles” y “emocionalmente vulnerables”. Sin embargo, Leonela Reyes Cera, psicóloga especializada en neuropsicología, advierte que este tipo de etiquetas solo está generando un efecto negativo en la salud mental de los jóvenes.

“Este término afecta la salud mental de los adolescentes y refuerza en ellos la idea de que son chicos débiles que no pueden gestionar sus emociones. Esto los lleva a desconocer sus habilidades y todo lo que pueden aportar a la solución de problemas”.

Leonela Reyes Cera, Psicóloga especializada en Neuropsicología,

“Es como si les dijéramos que están destinados a fracasar ante los desafíos de la vida, pero estos jóvenes son mucho más que eso, son críticos, creativos, sensibles a los problemas sociales, y tienen un gran potencial para aportar soluciones innovadoras", aseguró Reyes indicando que los casos recientes de suicidios en las universidades podrían ser un ejemplo de esto.

Caso de Julián Cantillo, estudiante de idiomas

Julián Cantillo Pineda, era un joven estudiante de idiomas de la Sede norte de la Universidad del Atlántico. Perdió la vida después de caer desde el sexto piso de uno de los bloques de la institución el pasado 22 de agosto.

Su caso, el más reciente, no sólo conmovió a la comunidad académica, sino a gran parte de la ciudadanía, pues el joven dejó un mensaje que envió a un grupo de WhatsApp de su universidad, en el que informó la decisión que había tomado y además dio instrucciones sobre lo que debían hacer luego de que notaran lo sucedido.

Julián Cantillo Pineda.

Esta nueva generación de jóvenes ha vivido situaciones diferentes como por ejemplo la pandemia y al igual que muchos también pasan por cambios hormonales que demandan cambios emocionales, físicos y comportamentales, y si seguimos reforzando el concepto de que son débiles, de que no pueden, de que son frágiles, ellos se lo van a creer y eso va a afectar su salud mental”, indicó Reyes sobre este caso.

Lo ocurrido con Julián no es un hecho aislado. El 21 de noviembre de 2023, Brilly Martínez Obando, estudiante del programa de Nutrición y Dietética en la sede norte de la institución universitaria, cayó del quinto piso del bloque H de la institución. Brilly fue descrita por sus familiares como una mujer “callada”, que venía pasando por episodios de “depresión”.

Tres meses después, el 20 de febrero de 2024, Adamaris Verdugo Almagro, una egresada del programa de Contaduría Pública de la misma universidad también perdió la vida en iguales circunstancias.

Luego de esto, el 27 de febrero, el joven Jesús Daniel Quiroz, estudiante de la Licenciatura de Educación Física en la Corporación Universitaria Latinoamericana, falleció al precipitarse del quinto piso de uno de los edificios del campus académico.

Brilly Martínez Obando, Adamaris Verdugo y Jesús Daniel Quiroz.

Estos casos presentados en universidades, además de elevar a cuatro las tragedias relacionadas con este fenómeno en menos de un año, tuvieron algo más en común: la falta de empatía por parte de la comunidad, manifestada en comentarios burlescos en redes sociales que solo agravaron el dolor de las familias.

Empatía en tiempos de crisis

Cule embale”, “No aguantó el voltaje de las clases”, “Cule débil” y “JAJAJAJA”, fueron algunas de las expresiones utilizadas por estudiantes de las dos universidades luego de que se conocieran las noticias de los fallecimientos de los jóvenes.

Como familia aún estamos procesando este duro momento y simplemente pedimos prudencia a la hora de hablar del tema. A las familias que quizá hayan pasado o estén pasando un momento similar, mucha fuerza, es algo en lo que todos como familia debemos trabajar”, expresó Sandra Cantillo, tía del joven Julián David.

Ese tipo de respuestas utilizadas para referirse a los jóvenes tras los hechos, no solo revelan una profunda falta de empatía, sino que también pueden desencadenar nuevos episodios de sufrimiento entre otros adolescentes que atraviesan situaciones similares.

Respuestas de estudiantes y de la comunidad en la web ante los casos.

Estos comentarios que dan algunas personas para emitir juicios sobre quienes tienen una ideación suicida, están siendo los detonantes para que esta conducta se repita, porque cuando las personas están bajo mediación porque tienen una idea suicida, lo que quieren es conseguir apoyo y este tipo de comentarios generan que la persona no se sienta validada o fuerte para continuar con las demandas de su vida”, expresó Leonela Reyes.

La neuropsicóloga, quien ha trabajado con pacientes en crisis, aseguró que “a este tipo de personas les falta mucha empatía e información, porque ellos no conocen realmente lo que están pasando emocionalmente estos chicos y creen que es porque son débiles, pero esto no es así, hay situaciones que para algunas personas son muy devastadoras que para otras”.

Cifras que alarman

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es una de las causas principales de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años en todo el mundo.

En Colombia, según un boletín estadístico del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en el año 2023 hubo un total de 1.540 suicidios, de esos 1.201 eran hombres y 339 eran mujeres.

En ese sentido, en lo que va de 2024, pero con corte al mes de junio ya se han registrado 1.426 casos, de esos 1.133 son hombres y 293 son mujeres.

Estadísticas "muertes violentas".

En el caso de Barranquilla con corte al mes de junio se habían registrado 17 suicidios. En ese sentido, según información proporcionada por la Secretaría de Salud Distrital, con corte al mes de agosto la cifra aumentó a 21 suicidios.

Estas cifras reflejan una realidad inquietante que no puede ser ignorada: el deterioro de la salud mental. 

Redes de apoyo y la importancia de una intervención temprana

Ante este panorama, Reyes insiste en la necesidad de contar con redes de apoyo efectivas en las universidades.Todas las personas que tienen pensamientos suicidas dan señales de alerta. Es crucial estar atentos a cambios en su comportamiento, problemas de sueño, alteraciones en el estado de ánimo, o comentarios que reflejan desesperanza".

“Las universidades deben reforzar sus programas de bienestar estudiantil y asegurar que los estudiantes tengan acceso a recursos de salud mental. Además, es fundamental que los docentes y el personal administrativo reciban capacitación para identificar señales de alerta y saber cómo actuar ante un posible caso de ideación suicida”, explica la psicóloga.

Repensando el término “generación de cristal” y la fortaleza emocional

Más allá de las cifras y los testimonios, la crisis del suicidio en jóvenes universitarios nos obliga a repensar el concepto de fortaleza emocional.

"Fortaleza emocional no significa ignorar o minimizar las emociones, sino aprender a gestionarlas de manera saludable. Es necesario que como sociedad dejemos de etiquetar a los jóvenes como frágiles y empecemos a reconocer su capacidad para enfrentar y superar los desafíos que se les presentan" sostiene Reyes.

En este sentido, el término "generación de cristal" debe ser cuestionado. Si bien es cierto que los jóvenes de hoy enfrentan desafíos únicos, también es cierto que poseen una resiliencia y una capacidad de adaptación que no debe ser subestimada.

Finalmente, el caso de Julián y los demás jóvenes que han tomado decisiones similares no pueden ser vistos como una estadística más. Son un llamado de atención a la sociedad para que, en lugar de juzgar o burlarse, extienda una mano de ayuda y comprensión a quienes lo necesitan. La verdadera fortaleza no radica en la dureza, sino en la empatía. y el apoyo mutuo.

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