En plena crisis, sólo hasta el 12 de julio se sabrá si hay nuevo dragador en el puerto
La planificación de Findeter y Cormagdalena para garantizar el dragado permanente, sigue a la ‘topa tolondra’.
La falta de una adecuada planificación para el permanente mantenimiento del canal de acceso al puerto de Barranquilla, nuevamente quedó en evidencia, con la ausencia de dragado desde el pasado 15 de junio.
Y la situación se mantendrá así hasta después del 12 de julio, cuando se sabrá si hay o no un nuevo dragador.
En efecto, la nueva convocatoria abierta por el Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena, dispone un plazo hasta el 28 de junio para la presentación de propuestas.
En caso de existir oferentes procederán los pasos siguientes y sólo el 12 de julio se conocerá el informe definitivo de evaluación económica y asignación de puntaje (orden de elegibilidad), el acta de selección del contratista o la declaratoria de desierta, según corresponda.
Igualmente, en caso de haber adjudicación, entonces habría que esperar otros días más a que el contratista disponga el equipo y se defina el plan de dragado, en coordinación con las autoridades marítimas y portuarias.
Mientras tanto, el canal de acceso se mantendrá desprotegido de cualquier tipo de mantenimiento, lo cual representa un alto riesgo para las operaciones portuarias, teniendo en cuenta las precarias condiciones en que ha estado la navegabilidad durante mucho tiempo.
Es de anotar que en este proceso el representante legal de la firma European Dredging Company Sucursal Colombia (EDC), Bob Ivonne Michta, manifestó su intención de no presentar oferta alguna.
“Después de haber estudiado los documentos de la licitación en referncia, lamentamos informarles que no podemos ofrecerles un precio acorde al presupuesto asignado para la obra. Sin embargo, si es de su interés, estamos dispuestos a ofrecerle una oferta alternativa”, señaló en carta dirigida al Patrimonio Autónomo Findeter - Cormagdalena, encargado del proceso.
A lo que le respondieron que de acuerdo con los términos de referencia “no se aceptarán propuestas alternativas, parciales ni condicionadas”.
La EDC es la compañía operadora de la draga ‘Bartolomeu Dias’, que a cuentagotas el pasado 14 de junio concluyó la quinta campaña de dragado
Lo preocupante del caso es que los dos procesos anteriores fueron declarados desiertos, con el agravante de que de uno a otro han disminuido tanto el presupuesto como los volúmenes a dragar.
El primero fue declarado desierto por el Comité de Fiducia, el 26 de marzo de este año en sesión que se cumplió entre las 8 de la mañana y las 7 de la noche.
Contemplaba un presupuesto de 10.571 millones 263 mil 833 pesos para el dragado de 844.046 metros cúbicos de sedimentos, por el término de 8 meses.
El segundo fue declarado desierto por parte del Comité de Fiducia, en sesión virtual que se cumplió el 20 de abril de este año, entre las 9:30 de la mañana y la 1:30 de la tarde.
Se mantenía el mismo presupuesto de 10.571 millones 263 mil 833 pesos, el volumen de dragado bajó a 717.439 metros cúbicos de sedimentos, al igual que el plazo disminuyó a 4 meses.
Es decir, en ese momento el volumen bajó en 126.607 metros cúbicos, con el mismo presupuesto y menor tiempo.
El tercer proceso, que está abierto, contempla un presupuesto de 6.073 millones 905 mil 910 pesos, para el dragado de 330.703 metros cúbicos, por el término de tres meses.
Esto significa una reducción de recursos del orden de los 4.497 millones 357 mil 923 pesos (-42,54%), de volumen a dragar en 513.343 metros cúbicos (-60,81%) y del tiempo de ejecución de 8 a 3 meses, con respecto a la primera convocatoria.
La incertidumbre en un sector portuario radica en el hecho de si el millón 341 mil 248 metros cúbicos dragados durante 5 campañas este año, serán suficientes para mantener en condiciones adecuadas el canal navegable hasta que sea protocolizado el nuevo contrato, si es que no hay declaratoria de desierta como en los dos procesos anteriores.
La fuerte sedimentación que se sigue registrando en el sector próximo a Bocas de Ceniza indicaría que se avecinan días amargos para el puerto de Barranquilla, incluyendo un nuevo bajón de calado.