Los senadores del Centro Democrático José Obdulio Gaviria y Alfredo Rangel, reunidos en Barranquilla con las bases de su partido, cuestionaron duramente este viernes la petición del Fiscal General de la Nación Eduardo Montealegre.

Gaviria se interrogó si Montealegre “estaba hablando como fiscal general, persona independiente y autónoma del ejecutivo, o como el futuro embajador en Alemania”.

“Si estaba hablando como futuro embajador en Alemania, le estaba haciendo un servicio a su jefe, el Presidente Santos, jefe condicionado por las encuestas y las encuestas le hacen saber que el pueblo colombiano rechaza sus políticas y en consecuencia es muy factible que rechace el plebiscito. En consecuencia el Presidente, el Fiscal, como su secretario, le tira ante la Corte Constitucional un salvavidas, es decir, le pide que no haya plebiscito”, aseguró el político.

Cuando le preguntamos cómo creía que hablaba respondió: “como el nominado embajador ante Alemania, es decir como subalterno, como amanuense del señor Presidente Santos como lo hizo cuando dictó la orden de captura con Santiago Uribe”.

Consideró José Obdulio que sí es un salvavidas porque “el Gobierno no quiere plebiscito, las FARC le está ordenando que no lo haga, y si llegara a haber, al Gobierno le da temor, pavor, miedo de que el país le diga que no”. “El Fiscal está actuando como un amanuense del Presidente Santos”.

Por su parte, el también senador del Centro Democrático Alfredo Rangel dijo que el Fiscal “es el vocero de los miedos del señor Presidente Juan Manuel Santos de perder el plebiscito que él mismo ha convocado….teme perder el plebiscito”

Sostuvo Rangel que con esta petición del fiscal se demuestra que “el  Presidente Santos tiene un  doble discurso”. “Por encima de la mesa llama a los colombianos a votar el plebiscito y por debajo envía al Fiscal a presionar a la Corte Constitucional para que declare inconstitucional. Es el doble juego a lo que nos tiene acostumbrados”.

Para Rangel “ojalá la Corte lo apruebe” porque “los colombianos no estamos acostumbrando a no creer en las palabras del Presidente Santos”.