En un país de violencia de más de 75 años, en el que cuando se cree que acabó un conflicto, realmente inicia otro, las huellas que quedan en las víctimas son imborrables. 

La investigación “¿Qué le digo yo? Ya no se sabía qué dolía más” concluye en 485 páginas y 6 capítulos que los daños más graves entre las víctimas de los paramilitares son sicoemocionales, socioculturales, morales y en proyectos de vida.

Se encontraron afectaciones individuales, familiares y colectivas que dejó el paramilitarismo hasta su desmovilización. 

María Gaitán, directora general del Centro Nacional de Memoria Históric,a dijo que “se trata de un informe que da fe de de todas las afectaciones sicológicas, físicas que ha vivido, o que siguen viviendo tantos compatriotas a lo largo y ancho del país de mano de grupos paramilitares".

En muchos de los casos, son poblaciones en las que si salió el paramilitarismo, luego llega la guerrilla o la Fuerza Pública lo que prolonga una intensidad del dolor.

Carlos Mario López, director técnico de la Dirección de Acuerdos de la Verdad, dijo por su parte que “esta investigación da cuenta de que efectivamente hubo personas en Colombia que a raíz del conflicto armado han muerto de pena moral. Ese ha sido un hallazgo muy importante del que esta investigación da cuenta y pasando también por los daños a los territorios y al medio ambiente".

La investigación se centra en testimonios de víctimas de las Autodefensas entre la década de los 90 hasta la desmovilización de los grupos paramilitares.

Según Carlos Mario López “los esfuerzos han sido importantes pero no suficiente”. 

“Esta investigación quiere ir más allá de la investigación judicial, y es una verdad no judicial, una verdad que va encaminada hacia el esclarecimiento histórico que más allá de una atribución de responsabilidad penal tiene que ver cómo se da el surgimiento de esas estructuras", anotó.

Fueron consultadas para esta investigación más de 100 víctimas del accionar violento de, al menos, 16 estructuras paramilitares que operaron en 52 municipios de 15 departamentos del país.

Maritza Villarreal, investigadora, mencionó que las zonas vulnerables investigadas “no salen del clima de miedo y terror que alteraron el sueño de miles de personas”.

Finalmente se concluye que en Justicia y Paz, el modelo transicional implementado para el paramilitarismo “hubo avances, pero no ha sido suficiente”.