A sus 63 años, Rodrigo ‘El pana’ Meléndez no solo venció un tumor cerebral, también ganó una nueva oportunidad de vida. Su testimonio es hoy una voz de esperanza para cientos de pacientes que enfrentan diagnósticos complejos y que, como él, encontró la atención que necesitaba en Cajacopi EPS.

Rodrigo fue diagnosticado con un quiste coloide, una masa tumoral ubicada en su cerebro. Todo comenzó con mareos frecuentes que él mismo no quiso dejar pasar. “Le dije al doctor: yo necesito que me hagan unos exámenes, porque esto no es normal. Gracias a Dios me escuchó”, recuerda.

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Una tomografía y una resonancia magnética confirmaron sus sospechas. “Llegó un neurocirujano y me dijo: aquí hay una dificultad. Era un tumor cerebral”, relata. Desde ese momento, fue remitido a Cajacopi EPS para continuar con su proceso de atención.

“Desde que llegué, me trataron como un príncipe”, afirmó con emoción. “El médico se sentó conmigo, me explicó los riesgos y el procedimiento. Yo sentí que no estaba solo. Y lo más importante: todo se cumplió. Cada cita, cada medicamento, todo”.

La cirugía fue exitosa y hoy Rodrigo retomó su vida con normalidad. “No tengo palabras suficientes. Me salvaron la vida. Y por eso puedo estar aquí, contando mi historia.”

“La historia de Rodrigo es también la historia de nuestros equipos médicos, de nuestra red de apoyo, y del trabajo coordinado que hacemos cada día para cuidar a nuestros usuarios”, señaló Roberto Solano Navarra, gerente general de Cajacopi EPS.

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Agregó que "la misión de Cajacopi va más allá de autorizar servicios: implica estar presentes, escuchar, responder con prontitud y brindar soluciones reales. Casos como el de Rodrigo Meléndez son ejemplo del esfuerzo colectivo de una EPS que entiende que detrás de cada trámite hay una vida, una familia y una esperanza que merece todo el respaldo”.

A quienes reciben un diagnóstico similar, Rodrigo les envía un mensaje claro: "Tengan fe. Todo va a salir bien" e invitó a que se confíe en el servicio que presta Cajacopi.