Unas 200 personas vivieron momentos de terror al momento de explotar primero unos tatucos y luego un carro bomba contra una base militar de la población de Cubará,  Boyacá, en momento en que se realizaba una reunión entre el Gobierno e  indígenas del pueblo Uwa y líderes sociales de Arauca, Boyacá y Norte de Santander.

El atentado fue atribuido, según el Gobierno, a la guerrilla del ELN.

El viceministro del Interior, Francisco José Chaux, lideraba el diálogo de inversión social para las comunidades, cuando sintieron el estallido de los llamados tatucos contra la base militar y estos caen cerca de donde estaban, inmediatamente, la gente busca refugiarse debajo de las mesas y alejarse de las ventanas.

Chaux sostuvo, en diálogo con Noticias Caracol, que en el lugar se encontraban indígenas de la comunidad Uwa, madres gestantes, niños y ancianos. "Cayeron muy cerca explosivos que afectaron los vidrios de donde estábamos", anotó.

El funcionario dijo que piensa que el ataque iba dirigido contra los presentes en la reunión y la base militar.