El gran reto del 2024: reducir la inseguridad ciudadana
Según la ONU, no solo se trata de reducir los delitos sino de trazar estrategias para mejorar la calidad de vida de la población.
Por Cecilia De Alba Narváez, Comisaria de Familia.
Lamentablemente a pesar de los intentos de paz de los últimos gobiernos, no se logra sacar a Colombia del ranking de países más violento del mundo; a pesar del desarme de las guerrillas (FARC) y de los grupos paramilitares; persisten las masacres: 94 en el 2022 y 93 en el 2023, con 300 víctimas cada año. (Indepaz. 2023).
El desplazamiento interno renació después de la pandemia, hasta agosto de 2023, se reportaron 99.000 desplazamientos, 286 secuestros, además las más de 9000 denuncias anuales por extorsiones son un indicativo que en este país, existen zonas vedadas e invivibles. Y lo más terribles es que solo no hay violencia en calles y lugares públicos, en los hogares en este 2023, 57.982 personas fueron víctimas en su propia familia (Medicina Legal nov-2023).
Con ese panorama ostentamos el deshonroso título de ser el país con más muertes violentas en Suramérica, solo superados por Ecuador en el 2022.
A nivel regional Barranquilla y su área metropolitana, se convirtió en refugio ideal de población desplazada, reinsertados e inmigrantes; desde inicios del presente siglo ha ido perdiendo su título de territorio de paz y hoy, a pesar del desarrollo urbanístico que caracteriza a la ciudad, dejamos de ser el mejor vividero del mundo.
Solo en este 2023 en Barranquilla y el Atlántico van 9 masacres, 670 homicidios, más de 600 denuncias por hurtos y más de 900 denuncias por extorsiones (Infobae, 2023); y la mayoría de estos casos están relacionados con el enfrentamiento de dos grupos criminales, que han convertido a la ciudad en su campo de batalla: 'Los Costeños' y 'Los Pepes'.
Para el 2024, el mayor reto del gobierno nacional y local es reducir esa inseguridad ciudadana, y según la ONU, no se trata simplemente de la reducción de los delitos sino de una estrategia exhaustiva y multifacética para mejorar la calidad de vida de la población, de una acción comunitaria para prevenir la criminalidad, del acceso a un sistema de justicia eficaz, y de una educación que esté basada en los valores, el respeto por la ley y la tolerancia. (PNUD, 2014).
¿Qué’ buenas prácticas de otros países o ciudades, se pueden aplicar?
Islandia país con menor índice de criminalidad del mundo (primer puesto Índice Global de paz) su policía no usa armas, y resalta su programa “Planeth Youth” de prevención de adicción en jóvenes y generar oportunidades para su proyecto de vida, este modelo de anticiparse al crimen se ha replicado en muchos otros países Europeos, Australia, Chile, etc.
El BID ha desarrollado intervenciones implementadas en municipios y áreas metropolitanas de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia (Bogotá), República Dominicana, Honduras, Jamaica, México y Venezuela. Entre sus sugerencias destaca las intervenciones focalizadas territorialmente en zonas o puntos de mayor concentración del crimen, y dirigidas a personas en situación de vulnerabilidad con un enfoque en comportamientos de alto riesgo, como el caso de Bogotá en las zonas del cartucho; aquí en Barranquilla esta la zona oriental aledaña al Rio y el caño, y barrios de localidad suroccidente.
Otra recomendación del BID es invertir en la reducción de la reincidencia, en la población penitenciaria especialmente en programas educativos, esta población debe ser incluida en los planes de inversión locales; su resocialización significa mejorar la seguridad ciudadana local.
Otra buena práctica liderada por el BID es Ciudad Juárez, alguna vez considerada la ciudad más violenta del mundo. Allí, líderes empresariales establecieron un fideicomiso para iniciativas de seguridad pensadas desde la sociedad civil y el sector privado en alianza con el gobierno. Compañías de telecomunicaciones, del sector financiero y comercial colectan una gran cantidad de datos sobre comportamientos y preferencias, combinada con estadísticas delictuales, permite NO SOLO saber dónde ocurre el crimen para controlarlo, sino también entender por qué ocurre para prevenirlo. (Alvarado N, Marmolejo L, Muggah, R. 2023).
La participación ciudadana es fundamental, en Bogotá, la reducción de la criminalidad se destaca por la inclusión social de población que habían sido vistos solo como receptores de servicios y no como agentes de desarrollo, sectores como el de las trabajadoras sexuales y los habitantes de calle (indigentes), algunos de los cuales hicieron parte del programa Misión Bogotá como “Guías Cívicos”. el apoyo a la Policía Comunitaria se constituyó en el generador de Espacios. (Acero V. H.).
La Prevención debe ser un eje fundamental, involucrar a los líderes cívicos y comunales, participando en Escuelas de Seguridad Ciudadana, con apoyo de la Policía Metropolitana, con el objetivo de mejorar los comportamientos ciudadanos e incentivarlos en integrar con los vecinos por cuadra para que enfrenten el miedo, la apatía, la indiferencia y la falta de solidaridad frente a los actos violentos. (Dammert L. 2007).
Para finalizar es importante involucrar a la fiscalía y jueces, coordinar con la Policía y autoridades civiles en el estudio de casos, ejecución de acciones de persecución del crimen organizado; y apoyar el fortalecimiento del recurso humano adscrito al cuerpo de investigaciones criminales.