El agente Víctor De la Hoz, 52 años al servicio de la Policía Nacional
En agosto cumplirá 70 años de vida.
El agente Víctor Alfonso De la Hoz Sandoval, en donde ha laborado con la Policía Nacional se ha ganado el respeto de los demás uniformados. De sus 69 años de vida le ha dedicado 52 al servicio de la institución.
Barranquillero, amante de la playa, del fútbol y de la lectura, el agente Víctor a esa edad sigue prestando el servicio policial como encargado del casino de oficiales y de la capilla de la Policía Metropolitana de Barranquilla.
Cada vez que camina por los pasillos del Comando de la Metropolitana es saludado por sus compañeros con respeto. La admiración por él es total por ser un policía correcto, honesto y disciplinado.
Cuenta actualmente con 84 felicitaciones y 19 condecoraciones en el transcurso de su carrera. Ha trabajado en la institución en los cargos de sustanciador, en la sección de vigilancia, secretario privado de la Policía de Atlántico y actualmente está en el Grupo de la Fuerza Disponible de la Mebar a cargo, como se dijo anteriormente, del casino de oficiales y en el apoyo logístico de la capilla.
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Sus inicios
Tiene la mente lúcida. Cuenta en detalles cómo fue ese proceso para ingresar a las filas de la institución armada.
“Por allá en el año 1972, un 21 de febrero, ingresé a la Escuela Antonio Nariño de Barranquilla. Allí hice el curso durante 6 meses, el cual se dividió en dos periodos: básico y práctico. Lo básico que veía eran los códigos y la teoría y lo práctico, como su nombre lo dice, se miraba armamento, tiro, gimnasia americana con arma y sin arma”, contó.
Reconoce que siendo niño nunca se le dio por ser policía, pero sí llevaba la vocación de servicio en su ser y de manera fugaz se motivó a inscribirse en la institución porque se dio cuenta que de esa manera podía ayudar a la comunidad.
“De niño nunca me dio por ser policía, sino de la noche a la mañana. Recuerdo que escuché por el radioperiódico, en ese entonces de Marcos Pérez, que estaban abiertas las inscripciones para agente de Policía en la Escuela Antonio Nariño (cuando quedaba en la calle 17) y como yo vivo por allí, en el barrio Las Nieves, me acerqué allá, me inscribí e hice el proceso correspondiente”, aseguró en diálogo con Zona Cero.
Así logró ingresar a la institución y sus inicios en la calles patrullando lo dio en el departamento de Caldas, lejos de su tierra natal y del mar que tanto quería, pero motivado por el servicio a la comunidad.
“Servir a la comunidad, porque yo en el barrio era un muchacho que me gustaba hacer integraciones con los vecinos y con los equipos de fútbol del barrio”, dijo el agente sobre la motivación para entrar a la Policía.
“Si no hubiera sido policía sería sacerdote”
Sabe perfectamente que la vocación de policía es para brindar apoyo a la comunidad, aconsejar a su semejante y por eso en donde ha laborado como uniformado se ha ganado el respeto de todos.
Por ser creyente en Dios y por su vocación de servicio precisó que “si no hubiera sido policía sería sacerdote” y precisamente el camino que ha recorrido Dios lo terminó recompensando cumpliendo su labor como policía y a su vez apoyar en la capilla de la institución.
“Soy creyente de Dios y es una vocación que nunca dejaré. Inclusive si no hubiera sido policía hubiera sido sacerdote porque me gusta aconsejar a las personas, a actuar bien”, reveló.
Aún no quiere retirarse de la Policía. Dice que tiene un amor profundo por la institución.
“Si Dios lo permite y la Institución mi deber será de aquí para mi casa y no seguir laborando en ninguna otra parte. Esto es lo mío, mis dos hijos me dicen que está de mi parte cuando me quiera retirar”, aseguró.
La época más dura
De los 52 años que lleva de servicio no duda en mencionar que la época más dura que tuvo que vivir fue la de finales de la década de los 80 iniciando los 90, cuando en Colombia estaba en su máximo esplendor el cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar.
“Fue bastante dura, muchos compañeros pedían el retiro, pero yo me encomendaba siempre a mi Dios y aquí estamos. Fue una época bastante cruel”, recordó.
En esa época el cartel inició un ataque sin precedentes contra los policías. Pagaban por ver uniformados muertos en medio de la guerra que libraba Pablo Escobar con el Estado.
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En ese momento, el agente Víctor Alfonso prestaba su servicio en el departamento de Caldas.
Sin embargo, agradece todos los días de su vida a Dios por haber salido bien de esa época oscura y de violencia que aquejaba al país.
Su experiencia impregna respeto y envió un mensaje para aquellos jóvenes de la actualidad que quisieran prestar su servicio en la Policía.
“Que trabajen con amor y mística, que se hagan a la comunidad. Para eso es la Policía, trabajar para la comunidad, tratarlos bien, quererlos. Eso es importante, yo le aconsejo a todo el personal mística y servicio a la comunidad. Si usted va a ser policía que sea el mejor”, dijo.
Este 2 de agosto el agente Víctor cumplirá 70 años de vida y tiene claro que su amor por la Policía se mantiene intacto.
“Estuve toda la juventud en la Policía, ahora que pase mi vejez en ella”, finalizó.