Una familia en el barrio Salamanca, en Soledad, vive un drama por la pandemia del Covid-19, pues el hombre de la casa lleva más de 15 días esperando los resultados de su prueba, su esposa quien dio positivo no le responden por sus días de incapacidad y además, ella lleva varios días pidiendo a dos EPS que le vayan a hacer la prueba a su suegro 71 años y a su bebé de 11 meses.

Todo esta historia inició cuando el 6 de junio, Mayerlis Charris Riquett empezó sentir dolor de cabeza, fiebre y malestar general, por que decide ir a urgencias en la EPS Sanitas. Ese día le practicaron la prueba y mientras le llegaba el resultado, fue aislada en su casa.

El 12 de junio llegó el resultado, el cual le revelaba que era positiva. Sin embargo, el 8 de este mismo mes, su esposo, Leonardo Luis Leones Vargas, se empezó a complicar en su estado de salud. Presentaba ahogo y decidió irse de emergencia al Camino Simón Bolívar.

“Se fue para ese Camino, lo atendieron, le hicieron terapias y a las 12 de noche del 9 de junio, le hacen la prueba. A las 4 de la madrugada le dan salida”, relató Mayerlis a Zona Cero.

Según su testimonio, a su esposo le manifestaron que estaba mejor y por eso le dieron de alta. No obstante, apenas llegó a la casa se aisló en un cuarto, mientras llegaban los resultados de dicha prueba de Covid-19.

Sin embargo, han pasado más de 15 días desde ese 9 de junio y los resultados no han llegado. Leonardo Luis se ha tomados sus medicinas, pero ya se encuentra desesperado en ese aislamiento, sin saber si realmente tiene la enfermedad.

“Llámamos a MiRed IPS todos los días y nada que le entregan los resultados a mi esposo”, manifestó Mayerlis.

Lo peor de todo esta historia, es que si al hombre de la casa le tocó aislarse en un cuarto, a su esposa, quien ya era confirmada como positivo de Covid-19, le ha tocado cuidar todos estos días a su bebé de 11 meses.

Y esa otra de las partes de este drama, un bebé expuesto al cuidado de una persona con la enfermedad. Mayerlis le ha pedido durante varios días a la EPS Sanitas que le vaya a hacer la prueba al menor y el respectivo seguimiento, pero no ha tenido respuesta alguna por parte de esta EPS.

“Desde el 13 de junio estoy llamando a la EPS Sanitas para que le hagan la prueba al bebé y es la hora y nada. El niño ha tenido tos esporádica, pero yo necesito saber si también está contagiado”, afirmó la mujer.

“Yo quería sacarlo de la casa y nada no pude, le ha tocado quedarse conmigo”, agregó.

Además -reveló- que la EPS tampoco le responde por 11 días de incapacidad, que debe presentar en su empresa.

Ella fue a una cita, el 22 de junio, para que le diligenciaran el documento, pero el médico le dio cuatro días de incapacidad, es decir, hasta el 26 de este mismo mes, pero no les responden por los 11 anteriores.

Y dentro de esta historia, que deja en evidencia las falencias de nuestro sistema de salud, en medio de una pandemia, también está el papel de la Nueva EPS, pues Mayerlis se ha cansado de llamar para que vayan a hacerle la prueba a su suegro de 71 años, quien está afiliado con esa entidad mencionada.

El adulto mayor necesita que le realicen la prueba y un seguimiento detallado porque es una persona operada de a corazón abierto y también padece diabetes, por lo que un contagio podría complicar su salud rápidamente.

“Mi suegro tose a veces, pero su situación es una bomba de tiempo. Necesitamos que la Nueva EPS le venga a hacer la prueba”, expresó la mujer.

Toda esta historia demuestra el drama que vive esta familia por el Covid-19 y la negligencia de las entidades de salud.