"Desfile deportivo": 63 años “de viento murmurando”
A sus 98 años el maestro del periodismo Chelo de Castro mantiene vigente el ejercicio.
“Cuando el viento vagabundo dela tarde pasa murmurando y cantando en la distancia…”.
Así, a sus 98 años de vida, don Chelo de Castro, siente el fresco viento pasar sobre sus canas despeinadas y mientras recuerda “tantas cosas queridas, remolinos de nostalgias”, él, impávido y firme, aunque con su salud un poco deteriorada por el paso del tiempo parece dispuesto a no dejarse quitar el vigor que siempre le distinguió.
En la serena y tranquila paz de su hogar del viejo Prado, mientras este sábado la ciudad de Barranquilla celebraba su onomástico 205 de haber sido erigida en Villa, el maestro Chelo de Castro, se envolvía ensimismado en los viejos recuerdos de tiempos ya pasados y en imágenes que jamás ha olvidado. Allí, desempolvó, historias y anécdotas trajinadas en sus 65 años que desfilaron y siguen desfilando en su radial e ininterrumpido programa “Desfile Deportivo”.
Quizás nadie, o tal vez fueron pocas las persona que se acordaron que fue también un día 7 de Abril cuando salió al aire por primera vez en una emisora local “Desfile Deportivo”. Por eso se sintió feliz y agradecido cuando quien esto escribe junto al colega Edgar García Ochoa “Flash” y la fotógrafa Josefina Better entramos a su casa y lo saludamos como amigos, colegas y compañeros que fuimos en algún tiempo en El Heraldo.
Casi no era necesario hacerle preguntas. Mientras le expresábamos nuestra admiración por su inmancable trajinar periodístico, a cada referente sobre sus tantos años de servicio en el periodismo, con su acostumbrada y picaresca voz nos soltaba risas y carcajadas cargadas de anécdotas y apuntes que nos hacían contagiar de entusiasmo.
Desde el primer día que entró a trabajar en “La Prensa” hasta la presente cuando ya no escribe sino que dicta con pelos y señales, con puntos y comas a uno de sus nietos las columnas que a diario sale en el periódico, el maestro Chelo no para de hablar con la fluidez y firmeza que siempre le ha distinguido.
De su paso por el Colegio de Barranquilla del que dice guardar los mejores recuerdos y de sentirse orgulloso por haber cursado y compartido claustros con atletas como Humberto Perea y Rafael Cotes. De sus “peleas cerradas” con periodistas de talla como Melanio Porto y Edgar Perea con quienes abrían epítetos y calificativos tras “nobles causas” defendiendo los derechos de los barranquilleros, especialmente de los deportistas amateurs, con dirigentes del deporte a quienes señaló de ineptos y desinteresados, hasta los sinsabores por cartas de renuncia como la que le enviaron desde la Universidad Autónoma a las 12 del día, hora del almuerzo, que pudo haberle provocado un infarto. De sus encuentros con famosos deportistas como Kid Chocolate, Mantequilla Nápoles y tantos otros, de Foreman y de Alí de quien afirma no le hubiera ganado a un Joe Louis o Rocky Marciano. Con facilidad puede pasar de temas como estos a los tantos vocablos y frases regaladas a la Real academia como “Mondis miquis joping yegua”, “Bambinazo”, “jeme a jeme”, "La friolera”, “Never Come back” etc., que a fuerza de costumbre se hicieron merecedoras de la simpatía general entre propios y extraños.
De sus comentarios al lado de Mike Schmulson y de sus mamaderas de gallo con Marcos Pérez sobre temas beisbolísticos y de boxeo, hasta de contundentes críticas a políticos indolentes en lo social y deportivo de la ciudad y de quienes han cambiado nombres de estadios de insignes deportistas por tiempos de modernismo, Chelo no desluce nunca en sus respuestas. “Es que no podemos tirar a la basura nombres de nuestros héroes del deporte”.
Inacabable resultaría intentar plasmar en corto espacio tantas historias que durante más de dos horas y media nos describió el maestro. De sus tantos apuntes publicados en sus famosas columnas y narraciones radiales, entre los que podemos enunciar, muchos más queda pendiente, quizás para próximas ediciones.
Chelo es una verdadera enciclopedia, un inacabable texto de conocimiento y sabiduría. Por lo pronto y en esta breve nota pretendemos tan solo mostrar una ínfima parte de la vida y obra de quien es considerado el Decano de los periodistas deportivos no de Barranquilla y del Caribe sino de toda Colombia. Obedeciendo a un reconocimiento al gran mariscal del periodismo que este 7 de abril cumplió 63 años de ininterrumpida existencia Por ahora no nos resta más que decir, como lo apunta el propio protagonista “Et pa plus..!”.