A comienzos de junio, Berta Cecilia García, dueña de la perrita french poodle llamada Salomé, quiso llevar a su mascota al veterinario para que la operaran porque ya no quería que tuviera más crías.

Fue así que hace 10 días se comunicó con el señor José Moscote, a quien ya sabía de tiempo atrás que trabajaba como domiciliario de la veterinaria Yober, con sede en el barrio 7 de abril. El hombre atendió la llamada y acordó con la mujer que pasaría a recoger a la perrita y 100 mil pesos para dirigirse hacia la veterinaria y que le practicaran la operación.

“El señor José vino a mi casa por la perrita y por la plata, además de que también le di una de las crías como parte de pago. Y cuando pasó más de una semana yo lo llamaba y siempre me salían con excusas”, cuenta la mujer, quien desde entonces no ha recibido de regreso a su mascota.

Cuando fue a reclamar personalmente a la veterinaria, se encontró con una sorpresa: Yober, propietario de la clínica veterinaria, le dijo que José, quien es su sobrino, ya no trabaja en la veterinaria hacía dos años. Esto mismo lo confirmó un empleado de la veterinaria tras comunicación de Zona Cero para conocer la versión del señor José Moscote. 

“Yo pido que me devuelvan a mi perrita, mi nieto que se la pasaba con ella no ha hecho nada más que llorar y yo casi ni duermo de pensar que le hagan algo. Cada vez que llamamos al señor que se llevó la perrita, me dice que ya me la va a devolver y otras veces se burla o me dice que él no tiene ninguna perrita”, dice la mujer.

Al llamar a José para conocer su versión sobre la denuncia, este dijo que la perrita se encuentra bien de salud y que la devolverá a su propietaria en las próximas horas.