A 22 años de prisión fue condenado este martes el coronel de la Policía Nelson De Jesús Arévalo, excomandante de la Estación de Suba, noroccidente de Bogotá, como responsable de la manipulación de la escena en el asesinato del joven grafitero Diego Felipe Becerra Lizarazo, ocurrido el 19 de agosto de 2011.

Con su accionar trató de desviar la investigación, entorpeciendo la labor de la justicia e impidiéndole a la sociedad y la familia de la víctima conocer la realidad de lo sucedido, dijo el despacho judicial en la sentencia.

El oficial fue condenado por los delitos de favorecimiento en homicidio agravado y fabricación, porte y tenencia de armas. 

Las conductas al margen de la ley se configuraron por la acción de Arévalo, quien desde el inicio de la investigación conoció que había un arma de fuego para atribuírsela a la víctima, y afirmar que esta había amenazado al patrullero Wilmer Antonio Alarcón, y que este en defensa propia le disparó al joven al sentir su vida e integridad amenazadas.

“El coronel Arévalo llegó a la zona a la medianoche y habló durante varios minutos con los agentes de la Policía que estaban en el sector. Supo de la obtención del arma y la escenificación”, señaló el juzgado en la condena.

En el juicio, aclaró la jueza, se demostró la existencia de un "código de silencio", con el fin de acordar una declaración conjunta sobre la presencia del arma, y el hecho de que el patrullero Alarcón había actuado en defensa propia tras perseguir a un grupo de “tres atracadores de un bus de servicio público” en la Avenida Suba con calle 116.

Todo lo narrado y sostenido resultó mentira, y los jóvenes no eran delincuentes sino grafiteros.

Por estos hechos el patrullero Wilmer Antonio Alarcón fue condenado y cumple una condena de 37 años y seis meses de prisión “por haberle disparado al menor de edad de manera injustificada”.