Cliente de Carulla de la 86 fue agredido al reclamar por un asador en el antejardín
Carulla asegura que el agresor no es empleado de esa cadena de supermercados.
Un nuevo incidente en el que se involucra a la cadena de supermercados Carulla, en los que se lesionan los intereses de los clientes se conoció en el país.
Esta vez fue en Barranquilla en donde un ciudadano, funcionario público, fue agredido física y verbalmente en el Carulla de la calle 86 con carrera 64C, en el norte de Barranquilla. Se señala como responsable de la agresión a una persona que, según dijo el denunciante, presta servicios a esa empresa. El hecho requirió la presencia de las autoridades de Policía puesto que no solo le propinaron varios golpes sino que lo amenazaron con un arma blanca. Sin embargo, Carulla aseguró que el agresor no es empleado de esa cadena.
Aunque el incidente fue hace algunos meses, el ciudadano quien pidió no revelar su nombre, contó lo que sucedió el sábado 13 de abril, en horas de la mañana, cuando se dirigió al Carulla mencionado a realizar algunas compras.
"Al llegar al establecimiento mencionado, observé que en la parte exterior del local estaba instalada una carpa de color verde, distinguida con el logo símbolo del supermercado, bajo la cual se habían dispuesto muebles y enseres, así como la exhibición de productos tales como bebidas alcohólicas, para la venta. En el lugar estaba un rústico asador a base de carbón, el cual estaba siendo encendido por una persona vestida con un sombrero de gran tamaño", indicó el profesional en su relato.
"Por encontrarse todos esos elementos en el espacio público del antejardín y andén, me dirigí a la Gerente del establecimiento, y le pregunté si Carulla contaba con el correspondiente permiso de las autoridades para ocupar este espacio público y para la instalación de un asador de brasas encendidas en toda la vía de circulación de personas. Su respuesta fue que no tenían permiso alguno, que se trataba de una iniciativa para incrementar las ventas que ya habían desarrollado anteriormente y que “iba a tener en cuenta” mi observación", anotó.
El profesional decidió retirarse de este supermercado para irse al otro, porque sostuvo "no quería patrocinar esas irregularidades". Sin embargo, al caminar hacia el estacionamiento fue seguido por una persona.
"Al abordar mi vehículo fui increpado por la persona del sombrero grande que instantes antes se encontraba manipulando el asador, quien en un tono insultante me reclamó por haberle hecho la observación a la señora Gerente. Este señor no solo me insultó en los peores términos inimaginables sino que además me propinó dos trompadas en la cara y me amenazó con una navaja que sacó de su bolsillo. Todo esto sucedía ante la mirada de otros clientes y empleados de Carulla".
Indicó que al verse "agredido, indefenso y amenazado" optó por retirarse del lugar y buscar apoyo de la Policía, las unidades al llegar le decomisaron al agresor el arma corto punzante con la que lo había amenazado. "Todo esto a la vista no solo de la gerente de la tienda sino además de varias otras personas, la mayoría clientes", cuenta el hombre.
La persona que lo agredió, mencionó el afectado, "desempeña funciones al servicio de Carulla tales como la administración y operación del parqueadero de propiedad de esa empresa, entra y sale del establecimiento permanentemente ayudando a los clientes con las bolsas de sus compras, recibe instrucciones y órdenes de los empleados y vigilantes, etc".
El profesional en su narración sostiene que "es sumamente delicado que Carulla mantenga a su servicio personas agresivas y armadas como este señor del sombrero grande y que los mismos funcionarios y vigilantes lo patrocinen y defiendan".