El primero de enero a las 11 de la noche, la fiesta de ‘desenguayabe’ que se llevaba a cabo en el Patio Rumbero de las Américas, ubicado en la calle 31 con carrera 15 esquina, en el barrio Las Américas de Santa Marta, se salió de control: volaron sillas, botellas, hubo puños, patadas y personas heridas en medio del licor.

A las 11:17 de la noche hizo presencia la Policía Metropolitana de Santa Marta, que al verificar la riña múltiple tanto dentro como fuera del establecimiento, procedió a cerrar el establecimiento por el término de diez días. Así quedó evidenciado en el registro fotográfico, cuyas actuaciones fueron remitidas a la Inspección Sur.

Los samarios incluso fueron testigos, un par de noches después, de otra mega riña que se presentó en otro patio rumbero, esta vez en el barrio Pescaíto, que llegó incluso a los titulares de los medios nacionales.

La sorpresa se dio cuando, tres días después del cierre del primer establecimiento, el exalcalde de Santa Marta y candidato al Senado de la República, Rafael Martínez, hizo una publicación proselitista en sus redes sociales, de una reunión política que sostuvo, irónicamente, en el mismo establecimiento que supuestamente estaba suspendido por diez días.

Para hacer la reunión, los sellos del establecimiento clausurado fueron rotos y, de paso, el exalcalde empoderó al propietario del establecimiento rumbero para que se dirigiera al público y diera un mensaje de respaldo a su campaña.

Por supuesto, en el encuentro político no se abordaron temas como la ilegalidad de los patios rumberos, ni la violación a las normas urbanísticas que representan, ni de las alteraciones al orden público ni la perturbación de las zonas residenciales por el ruido.

Por el contrario, el evento político estuvo cargado con un fuerte mensaje simbólico, pues otros propietarios de patios rumberos pudieron ver cómo quien apoya a Rafael Martínez tiene una especie de ‘aura de protección’ ante el cumplimiento de las normas.