Este 27 de agosto de 2024 se cumplen tres años de la ruptura del jarillón ubicado en San Jacinto del Cauca, conocido como ‘Caregato’ que aún mantiene a por lo menos once municipios de La Mojana viviendo en medio de inundaciones. 

Desde su ruptura hasta la fecha, han sido tres los millonarios contratos con los que han buscado cerrarlo para que no siga inundando La Mojana, sin embargo, el boquete -que se mantiene ahora en 62 metros- no ha sido sellado.

El pasado 21 de mayo del año en curso, durante un debate de control político en el Congreso de la República sobre dicha situación, el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, había anunciado su cierre.

“Caregato se cierra, aquí hay una decisión y un consenso político y técnico. Vamos a cerrar 'Caregato', lo antes posible, porque esto es una carrera contra el tiempo y por eso es tan grave la irresponsabilidad del contratista”.

Pese a este anuncio, las obras de cierre del boquete con el último contrato –el tercero- llevan más de un mes paralizadas o abandonadas, de acuerdo con lo indicado por Carrillo.

Así las cosas, dos Presidentes de la República, por lo menos cuatro directores de la UNGRD y tres ministros del Interior, no han logrado superar la situación.

En ese sentido, luego de que el actual contratista suspendiera las obras y ante la falta de respuestas por parte del Gobierno Nacional, la comunidad tomó la decisión de recaudar dinero para continuar con la construcción de este proyecto inconcluso.

Marco Tulio Uribe, líder de la región, aseguró que “la idea es establecer una conversación con los gremios para lograr un aporte, ya sea por hectárea o por propiedades, en la cual logremos la cifra que consideremos que debe ser suficiente para el cierre de ese boquete”, esto en diálogo con Blu Radio el pasado 23 de agosto.

Asimismo el líder de la región, dio a conocer que en el año 2022 la comunidad realizó una rifa para recaudar dinero y así adelantar las obras del cierre.

Ofrecieron 10 novillas de vientre, un torete y una tonelada de sal, por aportes de $200.000 pesos, gracias a esto lograron reunir un total de $500 millones que fueron utilizados para el trabajo del sector, sin embargo, no fue suficiente para lograr el objetivo.

A día de hoy la comunidad asegura sentirse desesperada por la situación y tres años después siguen expectantes ante el cierre del boquete que ha terminado en un cuento de nunca acabar.