“A Barranquilla le hace falta un Laboratorio de Ensayos Hidráulicos para el puerto”
Asegura el Director de la Asociación de Pilotos Prácticos de Colombia, Vicealmirante Juan Manuel Soltau Ospina.
Ante las recurrentes crisis que ha venido registrando el puerto de Barranquilla se hace necesario la implementación de un ente técnico, similar al Laboratorio de Ensayos Hidráulicos de Las Flores, construido y operado inicialmente por el Laboratorio Central de Hidráulica de Francia entre 1972 – 1977 y que tras su abandono fue entregado para su manejo, por parte del entonces Ministerio de Obras Públicas a la Universidad del Norte a partir del año 1985 y finalmente pasó a manos de Cormagdalena desde octubre de 1996.
La propuesta fue planteada por el Vicealmirante Juan Manuel Soltau Ospina, Director Ejecutivo de la Asociación de Pilotos Prácticos de Colombia (Anpra), conocedor del tema portuario local como quiera que se desempeñó como Director General de la Dimar, del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) y Director de la Escuela Naval de Suboficiales ARC “Barranquilla” (ENSB).
“Le está haciendo falta a Barranquilla una oficina técnica como la que en su tiempo representaba el Laboratorio de Ensayos Hidráulicos de Las Flores. Es decir, un administrador técnico del río que le pueda sugerir y recomendar, con criterios e investigación, a los tomadores de decisiones sobre qué obras realizar”, expresó durante su visita a Zona Cero.
Recordó que a finales de los 90´s y comienzos del 2000 “teníamos estas recomendaciones que emanaban tanto de la Universidad del Norte como del Laboratorio y eran absolutamente claras en dar los estudios de la última década y estudios prospectivos comparados como se manejaban en otros ríos del mundo sobre instalación de equipamientos y basado en eso era que se tomaban las decisiones”.
En su concepto, le está haciendo mucha falta a Barranquilla, para la crisis de hoy, tener un organismo similar “y lo vemos en la Oficina Hidrográfica del CIOH que tiene 8 personas trabajando”.
“Nuestra recomendación desde Anpra es que esa oficina se fortalezca y se contraten los Ingenieros Hidráulicos, Ingenieros Civiles, Hidrólogos que hacen falta porque ya tienen equipamiento y experticia de 46 años en este asunto marítimo y fluvial de los canales. Esa oficina podría ser el reemplazo ideal de lo que fue en su momento el administrador técnico”, argumentó.
Agregó que para la misma época “lo otro que teníamos eran las dragas con bandera colombiana a disposición de la administración (Colombia y ‘Bocas de Ceniza’). Y esa administración podría ser el Invías, el Ministerio de Transporte, el extinto Ministerio de Obras, pero las dragas siempre estaban ahí y no estábamos dependiendo de contratos internacionales o que si una draga se daña tenemos que esperar que el repuesto llegue, lo cual agrava la situación del canal”.
En sentido aseguró que “tener dragas colombianas, sean privadas o públicas, genera empleo, es bandera propia y permite el manejo adecuado de las emergencias, como la que tuvimos en 2010, la emergencia invernal más grande que ha tenido Barranquilla y que se atiende de manera adecuada”.
Sostuvo que pese a las mejoras en el calado operacional la preocupación es que va a suceder en ocho días cuando la draga ‘Bartolomeu Dias’ termine su labor “porque vamos a estar sometidos a los sedimentos de la época. debido a la temporada invernal a lo largo del río y que vienen a terminar en el tramo final de Bocas de ceniza. Y no hay recursos del Gobierno Nacional para seguir cubriendo las emergencias de esa manera”.
A su juicio, la solución para el puerto de Barranquilla debe ser combinada.
“Un ente técnico que esté pendiente de la situación del río, que lo conozca a fondo en cada detalle, una draga propia y las obras civiles que se requieran realizar como, por ejemplo, el mantenimiento del Dique Direccional”.
Advirtió que el puerto de Barranquilla también requiere de una información veraz sobre las condiciones del canal, para garantizar la seguridad de las maniobras que se realicen.
“Barranquilla está necesitando una especie de manual operacional para que todos sepan las condiciones en la que queda un canal y después se mantengan las mismas. Porque no podemos estar diciéndole al mundo que el canal de acceso en Barranquilla es de 10,2 metros y encontrar que hay profundidades de 8 metros en cualquier circunstancia porque esto no le va a servir a los empresarios. Los empresarios necesitan certeza sobre la profundidad sobre la cual el Estado se ha comprometido a mantener un canal. Los niveles de estrés que están manejando los 18 pilotos prácticos son muy altos porque cada vez que se suben a un barco no saben qué profundidad van a encontrar”.
También se refirió a la cuestionada presencia de Findeter en los procesos de contratación del dragado en el puerto de Barranquilla.
“Los técnicos en Colombia que saben de diseños de canales de los puertos son los de Invías. No se puede seguir improvisando con personas y entidades que no tienen la experiencia. La experiencia marítima en Colombia la tiene la Dimar. La experiencia fluvial en Barranquilla la tiene la Capitanía de Puerto. Y la experiencia de construcción de canales y diseño de los mismos, en todo el país, la tiene el Invías. Es otro de los ingredientes que teníamos en el pasado y que se ha perdido en el presente. Uno no puede tener a cargo de un canal exclusivamente a un manejador administrativo de contratos. La parte técnica tiene que estar presente y tiene que ser muy fuerte”, fundamentó.
Del mismo modo se expresó en torno a la APP del río Magdalena.
“Genera dinero para que mantengan las dragas en Colombia con bandera extranjera y eso nos preocupa porque no habrá flexibilidad para manejar desde el punto de vista colombiano el tema del dragado. Con dos dragas que se compren para Colombia se podrían mantener Barranquilla y Buenaventura y el metro cúbico del costo de ese dragado baja en un dólar. Entonces, la APP está generando un precio mayor y está impidiendo que la capacidad colombiana se desarrolle”, apuntó.
Es de anotar que la Asociación de Pilotos Prácticos de Colombia (Anpra) nació en 1993 después de la expedición 1a de 1991, cuando los prácticos eran un servicio público prestado por Colpuertos y al desaparecer esta empresa estatal se constituyeron las sociedades de practicaje que empezaron a contratar a los pilotos.
Es una entidad que se encarga de los procesos de formación y capacitación de los pilotos prácticos, así como de defender los intereses de los agremiados. Cuenta con 70 miembros que trabajan en 10 puertos del país (Tumaco, Buenaventura, Turbo, Coveñas, Cartagena, Santa Marta, Puerto Brisa, Barranquilla y El Cerrejón, entre otros).
“El piloto práctico es la persona que tiene la función de asesorar en el puerto local al capitán de una embarcación que tiene una capacidad superior a las 200 toneladas brutas, bien sea de bandera extranjera o colombiana, realizando las maniobras entre la boya de mar y las instalaciones portuarias, cumpliendo los tratados internacionales sobre normas de seguridad marítima. Lo importante para los prácticos es la seguridad, siempre al lado de la Autoridad Marítima. En la medida que la autoridad publique los calados que están permitidos para ingreso los prácticos haremos el mayor esfuerzo para que el barco entre, entendiendo que si no entra se afecta la economía local y sufre la economía nacional”, destacó.
Por eso, puntualizó, “siempre habrá la disposición del práctico, inclusive a riesgo de su prestigio en caso de llegar a encallarse, está presente. Pero no les podemos pedir que vayan más allá de las especificaciones que emite la Capitanía. Los prácticos no impiden el desarrollo del puerto sino que están facilitando su trabajo yendo hasta las especificaciones que indica la Autoridad, poniéndole voluntad, sin tener que aceptar presiones externas”.