La Asamblea del Atlántico aprobó un proyecto para la prevención de la violencia de género en colegios y empresas en el departamento.

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La iniciativa fue liderada por la diputada Alejandra Moreno Astwood y busca certificar a las instituciones que pongan en práctica procesos de socialización y adopción de rutas de prevención de violencia.

Asimismo, que promuevan políticas, protocolos y acciones formales que les permitan garantizar entornos protegidos.

Bajo la distinción ‘Sello Morado’, la Asamblea y la Gobernación del Atlántico, reconocerán a las instituciones que trabajen por establecer estos canales de protección.

Previamente, de acuerdo con la diputada Moreno, se realizará un proceso de verificación sobre el cumplimiento en la implementación de protocolos de prevención, detección temprana, atención adecuada y activación de la ruta sancionatoria.

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“Para el caso de colegios, importará mucho la incorporación de prácticas formativas y acciones preventivas creativas, evidenciados en el Plan de Convivencia Escolar, en la escuela de padres y también en el servicio social obligatorio de los alumnos de los dos últimos grados. Además, para el caso de empresas, interesará la igualdad salarial, la conciliación familiar, el liderazgo de mujeres, entre otras prácticas laborales incluyentes”, explicó la asambleísta.

Estas acciones, mencionó, deben ir acompañadas por campañas pedagógicas para socializar programas de formación y sensibilización, que incluyan el violentómetro, el ciclo de las relaciones de pareja, los tipos de violencia, tipología de agresores y pasos para recibir rutas de atención y reparación.

“Esta ordenanza fue resultado del trabajo conjunto con los colectivos de mujeres del Atlántico. la psicóloga Ruth Pareja fue vital en el desarrollo del contenido de esta, ante la violencia que observó en los entornos escolares, desde su labor como psicopedagoga”, destacó la diputada.

Precisó que, a fecha de hoy, en el Atlántico, 52 mujeres han sido asesinadas, de las cuales 14 han sido tipificadas como feminicidio.

“El feminicidio es una muerte prevenible, que se combate desde la educación y la salud mental. Queremos que las niñas, las adolescentes y las profesionales se sientan seguras y que no resulten victimizadas por la violencia basada en género”, apuntó.