Ante la negligencia de la EPS, madre recauda fondos en redes sociales para pagar cirugía de su hija
La menor padece reflujo gastroesofágico crónico y Coomeva ha demorado el proceso para emitir orden para la operación.
Desesperada y angustiada. Así se encuentra Yeni Betancurt Correa, una madre que viene luchando hace más de un año con la EPS Coomeva, para poder operar a su hija de dos años. En ese trasegar ha recorrido clínicas de Barranquilla, Apartadó y Medellín.
La menor padece reflujo gastroesofágico crónico desde que nació. Esta enfermedad la ha hecho colapsar en muchas ocasiones y en la actualidad la tiene en riesgo de muerte si no es intervenida quirúrgicamente.
La EPS ha dilatado el proceso por su constante negligencia, pese a tener encima una tutela y un incidente de desacato.
La situación provocó que la madre de Sophia Regino Betancurt acudiera a la medicina particular, en Barranquilla, la cual podría operar a su hija en $5 millones más el tratamiento, dinero que no tiene en la actualidad.
Esto obligó a Yeni a recurrir a las redes sociales como plataforma de recaudo de fondos mientras lucha de manera incansable con la sede de Coomeva, en Apartadó, Antioquia.
La joven madre le contó al país a través de su cuenta de Facebook el problema que afronta junto a su hija y esposo. Hasta el momento ha recaudado $600 mil, suma insuficiente para terminar con este martirio por culpa del fallido sistema de salud nacional.
Inicio del 'calvario'
La lucha por la vida de su hija inició desde el momento de su nacimiento, el 15 de noviembre de 2015, cuando a las dos horas de venir a este mundo la niña vomitó de manera explosiva su primera alimentación.
"Desde ese día empezó el calvario para nosotros porque la niña 15 días después de su nacimiento fue inducida a la Unidad de Cuidados Intensivos neonatal. Estaba entubada porque tuvo una broncoaspiración", contó la mujer a Zona Cero.
Los vómitos siguieron con el pasar de los días, derivando en un dictamen desalentador, ya que la menor fue diagnosticada con un reflujo gastroesofágico crónico, una enfermedad que mantiene su vida en un vilo constante.
Este reflujo impide en muchas ocasiones que la menor pueda comer, por el estrés que le genera vomitar al instante todo alimento que su cuerpo ingiere.
Crecimiento y regreso del problema inicial
El mes de junio de 2017 fue decisivo en la familia Regino Betancur porque Sophia volvería a sufrir una broncoaspiración mientras se encontraba en la ciudad de Barranquilla.
"Estuvo hospitalizada 12 días en la Clínica Bonadona de Barranquilla. El doctor que la trató sugirió hacerle una endoscopia con biopsia. Sin embargo, no pudo llevar a cabo lo segundo, por el temor de una hemorragia interna", relató la madre.
El médico recomendó que la niña fuera atendida por un cirujano endoscopista gastropediatra, lo cual fue solicitado por la mujer a Coomeva, que respondió de manera negativa al decir que no tenían esa especialidad en el momento.
"Tomamos la decisión de hacerle los estudios particulares en Barranquilla. Nos gastamos 3 millones de pesos en ese procedimiento y los traslados", reveló.
Crisis que marcó a la familia
No obstante, lo peor estaría por iniciar. La menor sufrió un pre-paro respiratorio en noviembre de 2017, una crisis que marcó un antes y un después en la vida de la menor y su familia.
"La niña prácticamente se me había ido en mis brazos. Se me puso morada y fue algo totalmente impactante para todos", relató la mujer.
"Ella no reaccionaba a los masajes de reanimación que yo le hacía y lo que hice fue quitarle la ropa y envolverla en una toalla y llevarla a la clínica en una moto, para que la atendieran, pero faltando dos cuadras reaccionó", contó con voz entrecortada.
Agregó que de todas formas la menor fue hospitalizada por doce días en la Clínica Panamericana en Apartadó, de donde la remitieron a la Clínica San Vicente de Medellín.
En esta, le hicieron una serie de exámenes, pero la menor se negaba a comer debido al estrés que le generaba vomitar todo. "La pediatra sugirió alimentarla por sondas, a lo que respondí que no porque mi hija es de buen comer", indicó.
La madre, en una lucha contra los médicos, demostró que la menor podía comer, pero tuvo que ser señalada por los doctores especializados, que la involucraron en un proceso con psicólogos y psiquiatras.
"Me tildaron de loca. Eso fue otro calvario porque duré 3 meses para comprobar que no estaba atentado contra la vida de mi hija, pero tuve que aceptar que mi niña fuera remitida a una guardería", indicó.
'Batalla' jurídica con la EPS
Después de lograr que la EPS entendiera que la niña tiene un problema patológico, la mujer tuvo que enfrentar la noticia más difícil en lo corrido de este 'calvario'.
En marzo de este año, la menor fue atendida por un gastropediatra de la EPS, en el Centro Especializado Intergastro de Medellín. Al igual que el cirujano que la había revisado en noviembre, indicó que la niña debía ser operada, pero en este momento de carácter urgente, por el riesgo a una nueva broncoaspiración que puede derivar en la muerte.
Ante la última valoración, Yeni Betancurt, se dirigió al auditor de tutela encargado de Coomeva para radicar la orden de consulta con un cirujano pediátrico.
"Cuando le mandó los documentos me dijo que ya no estaba en esa área encargada, pero que iba a remitir la información", indicó.
La mujer se confío de esta situación, sin pensar que días después el área administrativa le informaría que esa orden no estaba en el sistema.
"Me acerqué a la sala SIP de Coomeva y me dicen que vuelva a la semana. Regreso y me dicen que no tienen el prestador del servicio requerido y que debía esperar de cuatro a cinco meses", relató.
"Les advertí que la historia clínica de mi niña dice que la cirugía es prioritaria, pero me dicen que eso es lo establecido en el momento por la parte administrativa", agregó.
La mamá de la niña recurrió a radicar una queja en la Superintendencia de Salud, a finales de marzo, situación que generó "mágicamente" que la orden saliera publicada en la página de Coomeva.
"Me llamaron y me indicaron que debía ir a la sala SIP en una semana por la orden de cirugía pediátrica. Fui al sitio y me llevo la sorpresa de que me habían remitido la orden a cirugía general. Esa no fue la orden que yo pedí", contó.
Le indicaron nuevamente que esa es la orden que "estaba" y que seguían "careciendo" del prestador en la especialidad que requería la menor.
Hasta las últimas instancias
La mujer volvió a radicar otra queja en la Supersalud ante la reiterada negligencia de Coomeva, que no cambió esta situación, "haciéndose los locos", pese a ya también encontrarse en desacato.
La menor volvería ser atendida por el gastropediatra en Medellín, el pasado 9 de junio, que volvería a manifestar que la niña necesita "urgente la intervención quirúrgica".
"Volví a radicar otra queja en la Supersalud, ya que desde el 22 de marzo no nos entregan la orden médica", expresó.
"Acudí a la Defensoría del Pueblo y a los Juzgados para notificar el desacato de Coomeva. Estos le pidieron resolver a la EPS y la Supersalud la situación de mi hija", agregó.
Esto tuvo una reacción de Coomeva, que llamó a la mujer para decirle que la niña tiene cita con el cirujano el próximo 12 de junio.
"Después de la cita ¿Quién me garantiza que me vayan a dar la orden de cirugía enseguida? ¿Cuánto tiempo se va a demorar para operar a mi hija?", afirmó.
Ante este panorama incierto, Yeni Betancurt, le confirmó a Zona Cero que va a continuar con su recaudación en redes sociales, ya que si no obtiene la orden de cirugía inmediata deberá conseguir que la opere un cirujano particular, en Barranquilla, para salvarle la vida a su hija.
Coomeva ha dejado de actuar pese a que la familia de la menor tiene una tutela integral en su contra.
"¿Hasta dónde va a llegar la EPS? La vida de mi hija está en juego, a ellos les vale pelotas esto. Esta situación es demasiado desgastante y estresante. Son 23 hospitalizaciones que tiene mi hija con 30 meses de vida", expresó.
"Los derechos de mi hija han sido supremamente vulnerados. Ellos se han hecho los locos. Muy maluco que tengan que proceder por un desacato ante un mal servicio", añadió.
La madre de Sophia agotará todos los recursos posibles, seguirá tocando puertas por la vida de su hija hasta lograr que sea operada de manera particular, ya que en la EPS solo le esperaría el peor final.