José Granados Fernández

La ocupación de ciénagas, lagos, caños y hasta arroyos, con su inocultable destrucción, ha sido una constante creciente en poblaciones de la Región Caribe, y el departamento del Atlántico no escapa a estas actividades ilegales con las que particulares pretenden, de la noche a la mañana, apoderarse de áreas naturales para su explotación comercial o convertirlas en despensas agropecuarias.

En 2015, por ejemplo, la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, hizo frente a la destrucción del manglar que circunda el lago del Cisne, o Ciénaga del Rincón, y sancionó con 420 millones de pesos al dueño del hotel Boutique Mirador del Cisne.

Ahora, no muy lejos de ese lugar, Emisora Atlántico y Zona Cero.com conocieron que ha surgido una nueva amenaza para un área húmeda que sirve de zona de amortiguamiento en época invernal. El área afectada está al lado del Santuario del Señor de los Milagros de los Brazos Caídos, conocido como la iglesia del padre Hollman, frente al lago del Cisne.

Ese sitio, localizado en el kilómetro 8, entre la vieja carretera a mar y la autopista que conduce a Puerto Colombia, comenzó a ser rellenado por Inversiones Invesakk Limitada, según se lee en una pequeñísima valla amarilla que, a última hora, fue colgada en el único árbol que queda en pie, rodeado ahora por toneladas de escombros de todo tipo, tierra y basura.

Allí, por una sorpresiva autorización de la Alcaldía de Puerto Colombia, otorgada a través de la Resolución 005 de enero 9 de 2018 que expidió el secretario de Desarrollo Territorial, Mauricio Altahona Colpas, estaban preparando un cerramiento y comenzaron a destruir el humedal.

“Llevo 25 años en este lugar, desde que fundé la iglesia aquí, y nunca había aparecido dueño alguno. Ese lugar, toda la vida, ha sido un humedal”, afirman el padre Hollman Londoño y antiguos moradores del sector de Casa Blanca. Londoño explica que en el área húmeda, debajo de la cobertura de plantas acuáticas como la enea, han visto babillas e hicoteas, además de iguanas y otras especies animales.

Ante la alarmante destrucción, la CRA, tras recibir varias quejas, practicó una visita el 17 de enero pasado. Sus técnicos consideraron que el cerramiento no estaba afectando la zona de amortiguación, pero el viernes 19 volvieron y se encontraron con el peor de los escenarios. Observaron que, con ayuda de un pequeño cargador mecánico, el relleno del terreno había crecido y afectaron notoriamente el humedal, como lo constaron también Emisora Atlántico y Zona Cero.com.

Por esa razón, el director de la CRA, Alberto Escolar, ordenó a Invesakk la suspensión preventiva de la obra.

Escolar explicó que al momento de la inspección encontraron que “las adecuaciones incluían el relleno de una zona de drenaje natural que tiene una importancia para el municipio de Puerto Colombia porque funciona como zona de amortiguación de crecientes”.

Lo increíble de esta situación es que Escolar recordó que, con anterioridad, la CRA, en su calidad de autoridad ambiental, “había expedido un concepto técnico con el cual restringíamos el uso y actividades en esta zona, basados en el Plan de Ordenación de la Cuenca de la ciénaga de Mallorquín”.

Además, el 17 de mayo de 2013, el director de la CRA, en respuesta a una carta del entonces secretario de Medio Ambiente de Puerto Colombia, Guillermo Castro Barrios, por las constantes quemas y el depósito de escombros y toda clase de basuras en ese mismo sitio, había advertido de posibles maniobras ilegales para destruir el humedal, rellenarlo y apropiarse del lote.

En la comunicación, el director Alberto Escolar le urgió al alcalde de la época, Carlos Altahona, que protegiera este sitio y otras áreas que conforman la zona de humedales de Puerto Colombia; le enfatizó que estos ecosistemas demandaban un “tratamiento especial” y le recomendó que la administración municipal estableciera, cuanto antes, “un plan regulador que contenga las variables de protección y conservación de estos recursos naturales”.

Cinco años después, el gobierno del alcalde Steimer Mantilla está haciendo todo lo contrario a lo recomendado y a las advertencias de la CRA. Lo peor es que el funcionario no da la cara ni explicaciones algunas. Ayer no atendió ni las llamadas ni los mensajes que esos dos medios de comunicación le hicieron. La pregunta que surge es: ¿Para qué se hacen elegir funcionarios públicos si después les queda grande el cargo?

La Corporación Autónoma Regional del Atlántico dijo que la obra autorizada por la Alcaldía de Puerto Colombia no cuenta con otros permisos que la autoridad ambiental departamental debió expedir. Anunció que este lunes expedirá un acto administrativo legalizando la suspensión del relleno, con lo cual detendrá la destrucción de la zona de amortiguamiento invernal y frenará este desafuero ambiental del gobierno de Steimer Mantilla.