Estudiantes universitarios, conductores y usuarios de la Gran Vía lanzaron un llamado de urgencia ante las afectaciones que enfrentan por la parálisis de las obras en el Corredor Universitario, a la altura de Le Champ.

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En esta zona se construye un paso a desnivel o deprimido. Son trabajos que hacen parte de la Unidad Funcional 2 del megaproyecto de infraestructura liderado por la Gobernación del Atlántico. El proceso licitatorio fue adelantado por Edubar y las obras adjudicadas al Consorcio Vial UND F2, cuyo representante legal es César Caro Pinilla.

Los ciudadanos que día a día tienen que movilizarse por este sector manifestaron que la obra se encuentra estancada desde hace más de dos semanas, sin presencia de trabajadores en el área. Situación que les preocupa por el estado actual de la vía y las afectaciones producto de ello.

Trancones, accidentes, baja frecuencia del transporte público y dificultad en la accesibilidad a los inmuebles cercanos, son algunos de los impactos que han sentido por la falta de agilidad de los trabajos.

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Un equipo periodístico de Zona Cero se trasladó a la zona y confirmó la ‘soledad’ de la obra, así como el mal estado de vías alternas y los peligros a que se enfrentan, tanto conductores como transeúntes, que por falta de vías o senderos para caminar exponen sus vidas pasando entre la obra para trasladarse de un lado a otro.

Asimismo, se logró observar agua estancada en un gran cráter consecuencia de las excavaciones y las lluvias que han caído sobre el territorio atlanticense. Situación que puede significar un riesgo para la salud de las personas por la proliferación de mosquitos y otros insectos.

El polvo que se levanta con el pasar de los vehículos también viene afectado a quienes se movilizan por la zona. Baja visión, afecciones respiratorias y hasta terminan con la ropa y rostro sucios por las partículas suspendidas en el aire.

Retomar y agilizar obras

“Tras que se ha demorado una gran cantidad de tiempo, ahora está paralizada la obra. Esto nos perjudica a todos, comercios, estudiantes y demás ciudadanía que se moviliza por el sector. Uno no entiende qué pasa y para cuándo estará esta obra. Se hace urgente que se retomen los trabajos, porque no podemos quedarnos así. No podemos pagar impuestos, tan costosos, para tener una vía a medias, sin terminar”, sostuvo Isabel Arrieta, usuaria de la vía, quien transita unas tres a cuatro veces al día por el sector.

Luis Alberto Barrio, conductor de bus, sostuvo que la parálisis de la obra ha generado un impacto alto en la movilidad, “todo se complica”.

“Las autoridades que correspondan deben recuperar la movilidad en el sector y agilizar las obras”, dijo.

Entretanto, Ana María Torres, estudiante de la Universidad Libre, relató lo difícil que es para ella y muchos otros universitarios movilizarse por este sector. Debe madrugar más para llegar a tiempo a sus clases, si no se presentan inconvenientes como trancones, accidentes o llueve.  

“Muchos buses quedan atascados por el estado de la vía, por los huecos, la arena y los trancones. Siempre hay dificultad para llegar a mis clases. Cuando llueve se hacen demasiados charcos y arroyos, quedamos prácticamente atrapados. Además, los buses demoran más para pasar, se disminuye la frecuencia de las rutas. La obra siempre está sola, no se ven trabajadores, se ve que no hay avances y eso preocupa muchísimo”, anotó.  

Torres al igual que el transportista Edilberto Ariza pidieron agilidad en los trabajos del deprimido y así mejorar la movilidad.

"Nosotros como estudiantes exigimos agilidad en el arreglo de la carretera y la Gran Vía para que nosotros como estudiantes tengamos un mejor vía y para que podamos mejorar también la movilidad hacia nuestras casas", dijo Torres.

“Pónganse la mano en el corazón, todos necesitamos las vías y para eso pagamos nuestros impuestos, para que se hagan las obras bien y a tiempo”, apuntó Edilberto Ariza.

¿Falta de recursos?

Al parecer la suspensión de la obra en el sector de Le Champ se debería a falta de recursos. Según informaciones que se conocieron, por voz de algunos trabajadores, desde hace dos semanas no laboran por “falta de gasolina y materiales”. Asimismo, presuntamente les adeudarían un mes de salario.

Juan Carlos Calderón, gerente General de Alianza Sodis, quien además pidió se agilizaran las obras, señaló que se trataría también de una falta de recursos.

“Esperamos que la obra avance, que la Gobernación pueda conseguir los recursos que hagan falta para terminar. Entiendo que es un tema de recursos (…) queremos que haya una solución rápida, que la obra continúe para que sea terminada, porque la necesita el sector y es muy importante para movilizarse de una manera más ágil”, dijo.

Manifestó que el estado actual de la vía y la zona viene generando un alto impacto en la movilidad y una afectación en el cumplimiento de las frecuencias del transporte público de las empresas que tienen ruta en este sector de la Gran Vía.

“Los más afectado son estudiantes, porque deben tener la previsión de tomar mucho más tiempo para poder llegar a sus destinos y cuando llueve, se complica la situación, varias empresas han tenido problemas con vehículos que se han quedado enterrados, especialmente el sector de Le Champ”, apuntó.

Sin respuestas

Zona Cero se contactó con la Gobernación del Atlántico para conocer las razones por las cuales la obra se encuentra paralizada, además de saber el avance de los trabajos y la fecha de entrega.

Desde la Secretaría de Infraestructura se señaló que el contratante de la obra es Edubar, sin entregar mayores detalles a pesar de que el megaproyecto es liderado y es responsabilidad de la administración departamental.

A través de mensajes en WhatsApp y llamadas se buscó a la gerente de Edubar y no se obtuvo respuesta.

Cabe recordar que este proyecto cuenta con una inversión de $208 mil millones, provenientes -según información colgada en la página de la Gobernación del Atlántico- del Instituto Nacional de Vías (Invías) y el Sistema General de Regalías (SGR).

Se contempló en dos fases, la primera va desde la entrada del Club Campestre hasta el puente de la Circunvalar; mientras que la segunda fase va del Club Campestre a la Universidad del Atlántico.

Constaría de 3,55 kilómetros de vía en doble calzada con tres carriles, una ciclorruta, zona peatonal y dos deprimidos: uno a la altura de la Universidad del Norte y otro en el centro comercial Le Champ.

Además, contempla glorietas, obras de urbanismo y paisajismo, iluminación led y redes eléctricas y de telecomunicaciones subterráneas.