La banda de Baranoa abrió el desfile que inició en el colegio Biffi La Salle.

Menfy Méndez Mejía

Aunque algunos lo critiquen, todos los años los barranquilleros inundan desde horas de la noche el norte de Barranquilla, para estas fechas, para disfrutar y gozarse el ya tradicional desfile del Garabato del Country.

Con un derroche de alegría y belleza, este tradicional desfile concentró toda la atención de los carnavaleros en el norte de Barranquilla, que desde las 7 de la noche se apostaron a lado y lado de la vía para asistir a este río humano que nace en el Colegio Biffi La Salle y culmina en el Country Club de Barranquilla.

Este año la Banda de Baranoa dio inicio al desfile. Con 160 de sus integrantes conquistó al publico con su talento artístico. Le antecedieron miembros de la Policía Militar que en un singular desfile impusieron el orden. A las ocho de esta noche se dio inicio al esperado desfile.

En este desfile, nuevamente reinó la vida, ya que el Carnaval de Barranquilla es el único escenario en donde la vida le gana a la muerte, así esté disfrazada de una bella mujer.

Durante el desfile, con su disfraz de garabato y su don de gentes, la Reina del Carnaval María Margarita Diazgranados Gerlein se acercaba al publico sin dejar de bailar.

A lo largo del recorrido tuvo espacio para posar con sus súbditos y tras ella sus padres, quienes bailaron hasta el cansancio.

Los tradicionales grupos folclóricos, como la Selva Africana, fueron invitados de honor y con su participaron le imprimieron un sello de sensualidad con su baile y sus cuerpos semidesnudos pintados.

También estuvo presente la Señorita Colombia, Paulina Vega Dieppa, quien después de 7 años de ausencia de las fiestas, revivió lo mejor de las carnestolendas de su natal Barranquilla.

‘La muerte plateada’ apareció nuevamente  casi al final del desfile representada por la recordada Reina del Carnaval 2012 Andrea Jaramillo Char, quien cautivó al publico con su carisma y su popularidad.

El Garabato del Country le cumplió al carnaval y el público demostró civismo aunque no faltaron aquellos que insisten en la utilización de la espuma.

La sonrisa plena de nuestra Reina Maqui reflejó el disfrute de un garabato que contagia con su danza y deja una enseñanza que desafía la muerte.

A pesar de la brisa fría que se pasea por las calles de Barranquilla, el calor de la danza y la sensualidad de algunas de sus mujeres calentaron el ambiente presagiando  lo que será el Carnaval de Maqui.