Desmanes en las tribunas hicieron suspender por espacio de algunos minutos, el duelo sostenido entre Junior y Atlético Nacional en la final de la Copa Águila, cuando el partido se aprestaba para finalizar.

Los desórdenes se dieron desde el minuto 89 en la tribuna norte, cuando fue necesario el ingreso del grupo antimotines de la Policía para tratar de disuadir a los vándalos que allí intentaban ingresar al campo de juego.

Allí fue necesario utilizar gases lacrimógenos para evacuar a los hinchas que rápidamente se precipitaron a la calle por las salidas del escenario para continuar los desórdenes en los sectores aledaños.

El partido se dio por reiniciado para luego cumplir el tiempo reglamentario y tras ello, fue la tribuna sur la que se salió de control. Los momentos de tensión se contagiaron a las demás tribunas que rápidamente se vaciaron.

En un esfuerzo con muchas unidades de uniformados, se logró desocupar la tribuna de sur.

El enfrentamiento fue agresivo, con objetos contundentes lanzados desde la tribuna y la Policía devolviendo los mismos para tratar de aplacar la situación.

Tras este bochornoso espectáculo se espera que la Dimayor someta a Barranquilla a una dura sanción de varias jornadas.