Más allá de toda polémica, Teófilo Gutiérrez decidió entregar nuevamente su vida para el testimonio de su fe con un grupo de pastores y llevarle un rato de luz y esperanza a los internos de la cárcel Modelo en Barranquilla a quienes además llevó regalos y hasta se animó a jugar fútbol con ellos.  

Así lo sorprendió Zona Cero en el penal donde asistió en compañía de los pastores Jenny Montoya, de la Confraternidad Cristiana Carcelaria, y Jesús Barrios, el pastor de Teófilo en La Chinita, quienes coordinaron todo el tema con el director de la prisión Luis Fernando Cáceres, al grupo de Tratamiento y desarrollo del Inpec, al cabo Tovar y los diferentes miembros de la guardia del penal.Los registros audivisuales fueron realizados por personal de la cárcel.

Durante su visita cumplida a las 2 y 30 de la tarde de este viernes, con todos los protocolos de seguridad, Teófilo quería ir a dar voz de aliento y esperanza a las personas privadas de su libertad y donarles útiles de aseo, alrededor de unos 100 que entregó durante la jornada que se extendió desde las 2:30 de la tarde hasta pasada las 4:00.

El delantero hizo un recorrido a los calabozos donde visitó a los presos, pero sobre todos a los aislados y hasta jugó 5 minutos con los internos. Pero el momento más emotivo fue cuando tomó la palabra antes de que la orquesta cristiana conformada por los presos y llamada Son Caribe cantara las alabanzas en el servicio de la tarde.

“Que sepan que no están solos. Ustedes también tienen la posibilidad de que algún día Dios les de la libertad. Todos cometemos errores, todos pecamos, pero el único que puede juzgar es Dios. Aquí estoy haciendo una invitación: mi hermano no es como empiezas sino cómo terminas, es como el fútbol”, dijo un emotivo Teófilo a los presidiarios.

El momento fue algo que quedará por siempre grabado dentro de los internos, que en esta época de fin de año vieron reforzados sus esperanzas de resocialización. En agradecimiento ellos le regalaron dos cuadros elaborados por ellos mismos al interior de la prisión.

“Eso fue una euforia, alegría, salió mucha gente y agradecidos de que se encontraban privadas de la libertad. Glorificaban a Dios porque Dios lo movió para que tomara su tiempo para venir a la cárcel”, expresó Jenny Montoya.

Tras abandonar la cárcel, Teófilo fue orado por parte de los pastores y demás siervos de la congregación que allí se encontraban, quienes pidieron porque los buenos actos del jugador sean recompensados.