Antonio Rudiger celebra con sus compañeros tras marcar el penalti que le dio al Real Madrid el paso a cuartos de final.
Antonio Rudiger celebra con sus compañeros tras marcar el penalti que le dio al Real Madrid el paso a cuartos de final.
Foto
EFE

Share:

Real Madrid volvió a amargarle la vida al Atlético con una definición polémica

El club merengue ganó 4-2 la serie desde el punto blanco y se enfrentará en cuartos de final al Arsenal.

Nivelada la eliminatoria por el Atlético de Madrid a los 27 segundos, con ocasiones suficientes para la remontada total contra Thibaut Courtois, y fallada una pena máxima por Vinicius Junior ya en la segunda parte, la tanda de penaltis culminó la supervivencia del Real Madrid en el Metropolitano, agarrado a un resbalón de Julián Álvarez y lanzado a los cuartos de final de la Liga de Campeones para enfrentarse contra el Arsenal.

El Real Madrid inició los lanzamientos. Primero Kylian Mbappé. Gol. Segundo, Sorloth. También gol. Igual que Bellingham después. No Julián Álvarez. Se resbaló, tocó dos veces el balón. Marcó, pero no valió.

No falló Valverde después para aumentar la ventaja, con el 1-3. Correa resistió con el 2-3, apareció Oblak para repeler el tiro de Lucas Vázquez. Y la escuadra escupió el derechazo de Marcos Llorente. El gol decisivo, el final, fue de Rudiger.

Como un relámpago, el Atlético empató la eliminatoria. Tan pronto, el Real Madrid sintió perdido todo lo ganado en la ida, tan crucial en un duelo como este. El segundo gol más rápido recibido por el club blanco en su historia en la Champions.

Un pelotazo de Lenglet, la segunda jugada, un mal despeje de Asencio. El rechace lo ganó Griezmann. No acudió nadie del Real Madrid. La acción la continuó primero Gallagher, después Julián Álvarez y más allá, ya en la banda derecha, De Paul para poner el centro raso que tocó de tacón Giuliano Simeone y que remachó con el alma, imparable, el propio Gallagher.

La tristeza de los jugadores del Atlético de Madrid tras su eliminación. La tristeza de los jugadores del Atlético de Madrid tras su eliminación. EFE


Estalló el Metropolitano. El mejor inicio para el Atlético, el peor comienzo para el Real Madrid. Todos los condicionantes desaparecieron en un instante; la obligación del gol del equipo rojiblanco, las posibilidades de especulación del conjunto blanco.

Insustancial Vinicius, desaparecido Mbappé (finalmente titular tras la duda de las últimas horas por un golpe en el tobillo), con poco peso decisivo Luka Modric, demasiado lejos Fede Valverde, intermitente Bellingham, Rodrygo era la opción más nítida del Real Madrid, atascado ante la resistencia del Atlético.

El paso en falso puso en evidencia a Giménez, facilitó el quiebre al atacante francés. A Lenglet, justo detrás, no le quedó otra que derribarle. El penalti lo pidió Vinicius.

A un metro de altura del larguero, a las nubes, pateó el atacante brasileño la mejor ocasión del Real Madrid hasta entonces. Casi la única. Era ya el minuto 69.

Todo siguió igual. El primer tiempo de la prórroga. Aún 1-0. La segunda parte, sin ocasiones, sin goles, a los penaltis. Más de tres horas y media de tensión reducidas a once metros, a nueve lanzamientos, al resbalón desgraciado de Julián Álvarez a la victoria agónica del Real Madrid, el vigente campeón de la Liga de Campeones, superviviente en el Metropolitano.

EFE