A la joven atleta valduparense Natalia Carolina Linares González, de solo 19 años, nunca se le va a olvidar cuando la luz del sol en el Valle de Upar se comenzó a extinguir la tarde del sábado entre los cerros que con paciencia han cuidados por milenios la tierra del acordeón.

En ese momento ella surcaba ese mismo cielo con un brinco que la catapultó más allá del oro, la historia misma de su ciudad. Con la presea dorada, quedó como la ‘Diosa Coronada’ del salto largo ante su afición.

Linares registró un salto final de 6.79 metros, marca que le valió para asegurar el primer lugar en el podio e impuso récord nacionales sub-20 y sub-23.

“Tengo dos sueños hechos realidad: la medalla de oro y ver la pista. La construyeron para mí, porque, aunque hay muchos atletas con resultados, yo llevo la batuta”, admitió la deportista.

La nueva ‘Cacica’ de la pista de atletismo fue capaz de convocar a todos los aficionados de Valledupar para llenar el escenario deportivo y acompañarla en una tremenda marca con la que hizo historia y con la que ella misma se reivindica luego de meses muy complicados.  

“Esta marca la soñé hace año y medio. Desde que hice 6.41 venía trabajando, hubo algunas bajas. Durante la pandemia fue una montaña rusa, como se le puede decir. Entré en un estancamiento y ver ahora como florezco, como vuelvo a nacer y demostrar a la gente que aún sigo aquí, es una felicidad”, dijo.

Lina es espera poder seguir su ciclo olímpico y llegar a París 2024 para afrontar sus primeros Juegos Olímpicos.  

Mientras tanto, pidió a su gente seguir disfrutando de los Juegos Bolivarianos, que no se apague el acordeón, que es tan vallenato como ella.

“Esto es para ustedes, para los ‘vallenatos’. Soy una ‘vallenata’ a morir y qué orgullo que me hayan apoyado como lo han hecho en esta tarde. De verdad que a Valledupar la sentí en mi corazón”, cerró.