Luis "era un apasionado por el boxeo": el entrenador recuerda cuando lo recibió hace 5 años
En medio de lágrimas, Miguel Guzmán recordó al joven que dirigió desde una esquina del cuadrilátero.
Miguel Guzmán, el entrenador de Luis Quiñones, temía un desenlace fatal después de que al boxeador, en la noche del jueves, le declararan muerte cerebral.
Por eso no quiso mirar más el teléfono hasta esta mañana cuando un hijo le dio la triste noticia.
"Triste, dolido, pidiéndole a Dios que a la familia y a mi nos dé fortaleza. He pasado unos días muy feos. Esta mañana que mi hijo que dijo que él había fallecido a las 11 no quería ver el celular en toda la noche y me enteré hoy", dijo.
Guzmán salva responsabilidad de José Muñoz el rival de Quiñones, porque "es un deporte de contacto".
"Nadie quiere que suceda esto. A Muñoz le deseo fortaleza porque fue una pelea normal, no lo acusen de nada, así como fue Luis pudo haber sido él", relató.
"El ñato", cómo es conocido Guzmán en el mundo del boxeo, recordó "lo apasionado que era Luis con el boxeo".
Por la confianza que le generaba al entrenador, Quiñones era el único que tenía llaves del gimnasio. Abría y cuando yo llegaba ya había hecho aseo y cuando el "Ñato" viajaba, él se encargaba del gimnasio.
Después de cinco años que lo tuvo como boxeador profesional, Guzmán era como su segundo padre y por eso al joven lo entrenó bien.
La emoción de Luis Quiñones, previo al combate, era tal que el saber que su pelea iba el vivo por ESPN y que el mundo lo viera "era otro sueño" para luego intentar radicarse en los Estados Unidos.