Luis Amaranto Perea: el ciclo de las manos vacías en Junior
Se fue sin dejar nada de provecho para el equipo.
Un fracaso total. Esa es la única descripción posible que cae como 'anillo al dedo' de lo que fue el ciclo recién terminado por Luis Amaranto Perea, un entrenador que se va de Junior con todos los tópicos que se esperan de un entrenador fallido.
Y es que no solo un entrenador puede ser medido en título, que es lo principal y de los cuales Perea no tiene ni uno, es más, ninguna final jugada, sino que hay cosas que complementan la gestión y en todas ellas Luis Amaranto luce muy mal.
No deja un título. Como primera medida no estuvo, realmente, ni cerca de llegar a pelear una final, no clasificó a ninguna de hecho, pero podemos seguir viendo en otras cosas.
En este momento Junior no tiene un equipo. Es más, no quedó ni una nómina competente.
Además de que dejó ir sin dar la lucha a los delanteros referentes del equipo, Teófilo Gutiérrez y Miguel Ángel Borja.
Su falta de carácter no le dio sino para aceptar jugadores de relleno, como hasta ahora lo son José Carlos Múñoz, Cristian Martínez Borja y Juan Sebastián Herrera.
Su nivel de intelecto y pericia no lo dejó armar un equipo para competir este semestre, donde sumó la tan comentada séptima eliminación seguida y en donde ha dejado en el banco a Juan David Rodríguez y Luis 'Cariaco' González, quienes además de ser los únicos en marcar gol, eran los de unas pocas luces en el mar de oscuridad en la que sumió al onceno.
Lo peor es que le cerró las puertas a los juveniles del equipo. En este momento, tras año y medio, no hay ninguno consolidado.
Tras el empate en Montería les tiró puerta en la cara y dijo que primero había que esperar que los veteranos que andan mal jugaran bien, para darle alguna responsabilidad a los muchachos. Tal vez esto le costó el puesto.
Finalmente, no deja al equipo clasificado a nada. En este momento los rojiblancos no compiten internacionalmente y la única forma de entrar a un torneo al año entrante parece ser quedar campeón de la Liga Colombiana o de la Copa Colombia.
Luis Amaranto se va con las manos completamente vacías, con el desgastado mantra de que es 'preferible jugar mal y mejorar ganando' y con la paciencia agotada de tanto pedirla.
Experiencia solo ganó él, porque Junior ya tiene la necesaria tras 97 años, donde el tiempo en el que estuvo el antioqueño será recordado como uno de los más improductivos.
Además de una de las más grandes apuestas de dinero y tiempo desperdiciada por los dueños.