Los técnicos, ¿únicos culpables de los fracasos de sus equipos?
Aunque son los jugadores quienes entran y deciden a la cancha, generalmente los entrenadores terminan pagando las consecuencias de los malos resultados.
En el mundo del fútbol suele decirse que los entrenadores son responsables de lo bueno y de lo malo que suceda con sus equipos. Si ganan y son campeones son aclamados, alzados en hombros y son considerados casi unos héroes. Si pierden, si no logran títulos, son blancos de las críticas y los consideran fracasados.
A muchos técnicos que fueron futbolistas se les pregunta a menudo cuál rol han disfrutado más. La gran mayoría, por no decir todos, responden que el de futbolista, básicamente porque estaba en ellos, dentro del campo, el poder de resolución.
En el fútbol de hoy, en el que la figura del entrenador se ha magnificado de tal manera que a los equipos se les identifica por el nombre de quien los dirige en el momento: el City de Guardiola, el Real Madrid de Ancelotti o el River de Gallardo, hay quienes todavía le otorgan mayor cuota de responsabilidad a los jugadores, quienes, al fin y al cabo, son los que entran a la cancha.
"El entrenador elige, diseña, cambia y entrena la metodología del juego, pero, al final, queda en manos de las decisiones que toma el jugador dentro de la cancha", aseguró Pep Guardiola.
Entendidos de fútbol afirman que a un entrenador no le asiste la responsabilidad cuando un jugador de su equipo erra un gol debajo del arco o un penalti, o lo expulsan de manera infantil o marca un gol en su propia portería. Sin embargo, ya es costumbre que a los técnicos se les enjuicie por ello y, en muchos casos, sean removidos de sus cargos, bajo el atenuante de que es más fácil sacar a uno que a 20.
Figura sobrevalorada
En el fútbol no hay verdades absolutas y aquellos que les endilgan más responsabilidad a los técnicos en el éxito o fracaso de sus equipos citan que tienen la posibilidad de escoger los jugadores para armar su proyecto, la forma de prepararlos, el estilo de juego y ya en los partidos los once que entran a la cancha, la estrategia y los cambios.
A pesar de lo anterior, el argentino Ricardo La Volpe, quien dirigió a México en el Mundial de Alemania 2006, dice que la influencia del técnico en un equipo "no es más del 30 %" y que el 70 % restante corresponde a los jugadores.
"Si le traes el 70 % que requiere en jugadores va a salir campeón. Si no le traes eso, ni que seas Guardiola, Mourinho o Menotti. Los pones a todos juntos en una banca y no salen campeones", agregó.
El recientemente fallecido César Luis Menotti, campeón con Argentina en 1978 aseguró que "un entrenador genera una idea, luego tiene que convencer de que esa idea es la que lo va a acompañar a buscar la eficacia y después tiene que encontrar en el jugador compromiso de que cuando venga la adversidad no traicionemos la idea".
Hay técnicos obsesivos por la táctica, otros son motivadores, otros excelentes gestores del vestuario, hábiles para manejar estrellas, para planificar los partidos y para replantearlos, pero al final, son los jugadores ls que tienen la última palabra, para bien o para mal.
"La influencia de los entrenadores está sobrevalorada, el juego pertenece a los jugadores. Pueden hacer lo que quieran, las veces que quieran y expresarse como quieran", aseguró Guardiola.
El caso Reyes en Junior
En Junior sucede un caso particular. Su actual entrenador, Arturo Reyes, dirige en medio de la desconfianza permanente de dirigentes, hinchas y periodistas.
Aunque salió en campeón en diciembre de 2023, aunque llevó a Junior a los octavos de final de la Copa Libertadores después de 13 años, Reyes no cuenta con la aprobación total y su continuidad, por más que el sábado le ganara 1-0 al Tolima, sigue en entredicho.
Los pocos que lo defienden afirman que no tiene culpa de la falta de definición de su equipo, aspecto que le costó la eliminación ante Colo Colo, y puntos en varios partidos de la Liga, pero otros le critican lo mal que defiende su equipo, especialmente en el juego aéreo, atribuyendo esto a la falta de trabajo en la semana.
A Reyes, quien se autodenominó como un 'monstruo' en la preparación de su equipo, se le reconoce su buen manejo del camerino, pero se le cuestiona que desde su posición aporte pocas soluciones a las dificultades dentro del campo. Se le critica desde la alineación de jugadores en bajo nivel como la demora en los cambios.
El samario no desconoce la importancia y la exigencia que significa ser técnico de Junior, por lo cual afirmó que su puesto está en riesgo desde agosto del año pasado cuando asumió para reemplazar a Hernán Darío Gómez. Ya cumplió un año al frente del equipo rojiblanco y eso lo considera un "récord".
La dinámica será muy difícil que cambie. Los técnicos seguirán siendo los responsables de las cosas buenas y de las cosas malas. Varios, como Reyes, tendrán que convivir con las críticas y a jugarse el puesto en cada partido, por más que las decisiones dentro del campo no pase por ellos.