Los Juegos Panamericanos: 68 años recibiendo a los mejores del mundo
El viernes 26 de julio se dará inauguración a las mayores justas deportivas del continente.
Los Juegos Panamericanos celebrarán su decimoctava edición en Lima, un destino que nunca ha acogido antes la gran fiesta deportiva continental y que, con 41 países participantes, casi doblará los 21 que tímidamente comenzaron a competir en 1951 en Buenos Aires.
Más de 67.000 deportistas han participado en los Juegos desde su creación. Debutaron con 2.513 atletas, superaron la barrera de los 3.000 en México 1975, de los 4.000 en Indianápolis 1987, de los 5.000 en Mar del Plata 1995 y de los 6.000 (6.138) en la última edición, Toronto 2015. En Lima se espera a 6.680.
Aquellos 21 países participantes llegaron a 32 en 1971 y alcanzaron el pleno continental, 42 naciones, en 1995. La cifra se mantuvo hasta 2011, cuando Antillas Holandesas se disolvió como país y su comité olímpico, por tanto, también.
Los deportes del programa panamericano han multiplicado asimismo su número, desde los 18 hasta los 39.
Diez países han organizado hasta ahora los Juegos: Canadá y México en tres ocasiones, Argentina, Brasil y Estados Unidos en dos y una vez Colombia, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela. Perú se incorpora ahora y Chile lo hará en 2023.
Todas las ediciones excepto dos fueron ganadas por Estados Unidos. Argentina impuso su ley en Buenos Aires 1951, Cuba en La Habana 1991.
Menos Aruba e Islas Vírgenes Británicas, todos los países han ganado alguna medalla. Pero Estados Unidos, Cuba, Canadá y Brasil, por ese orden, dominan con suficiencia el medallero histórico.
La primera edición de los Juegos debía haberse celebrado, en realidad, en 1942. Pero la II Guerra Mundial alteró los planes.
Puesto que la idea de unos Juegos para el continente surgió de los miembros latinoamericanos del Comité Olímpico Internacional (COI), los Panamericanos nacieron a imagen y semejanza de los Olímpicos: con sus ceremonias de inauguración y clausura y con su Villa de Atletas para procurar una convivencia en hermandad de los deportistas de distintos países.
El programa deportivo, en cambio, siempre tuvo vida propia: algunos deportes olímpicos tardaron en convertirse en panamericanos y, al contrario, disciplinas no olímpicas de enorme aceptación en el continente, como el patinaje o el ráquetbol, sobreviven en los Panamericanos.
Por ellos han pasado nombres estelares del deporte mundial, en algunos casos cuando eran jóvenes promesas, como Carl Lewis, Mark Spitz, Mary Decker o Andrés Gómez, pero en otros cuando disfrutaban de la mayor gloria internacional, casos de Oscar Schmidt, Javier Sotomayor o Ana Guevara.
Los grandes pioneros del 51
En Buenos Aires 1951 se consagró el clavadista mexicano Joaquín Capilla, aún a día de hoy el máximo medallista olímpico de todos los tiempos en su país. Pero también el estadounidense Robert Richards, 'el vicario saltador', que ganó en salto con pértiga como preludio de sus dos títulos olímpicos en 1952 y 1956. El mismo camino y las mismas medallas que el brasileño Ademar Ferreira da Silva en triple salto.
México'55 fueron los Juegos de los récords mundiales del propio Ferreira da Silva en triple y del estadounidense Parry O'Brien en lanzamiento de peso; los de Chicago'59 vieron pasar a Wilma Rudolph y Marlene Ahrens; y los de Sao Paulo'63 fueron los del despegue de Brasil como potencia deportiva continental.
La edición de Winnipeg 1967 se recuerda por la presencia de Mark Spitz, que con 17 años ganó cinco medallas de oro, y del tenista Arthur Ashe, futuro ganador de Wimbledon y los abiertos de Australia y Estados Unidos y de dos bronces en la cita panamericana.
Los Juegos de Cali'71 fueron los primeros de los tres del púgil Teófilo Stevenson y también los de la irrupción de su país, Cuba, en la elite deportiva continental. Stevenson y el estadounidense 'Sugar' Ray Leonard, así como otro cubano, Alberto Juantorena, dieron lustre a la siguiente edición, México 1975, que se cerró con un insólito doble oro en el torneo de fútbol porque un apagón en el estadio impidió a México y Brasil completar la final.
La huella imborrable de Lewis, Quirot, Louganis y Schmidt
Carl Lewis, Merlene Ottey y Ana Fidelia Quirot pusieron sus nombres en el escaparate internacional en los Juegos de San Juan 1979, al igual que Evelyn Ashford, Mary Decker, Greg Louganis o María Caridad Colón. También el tenista ecuatoriano Andrés Gómez, que con solo 19 años ganó una medalla de bronce que fue el precedente de su triunfo en Roland Garros en 1990.
La aparición del dopaje extendió una sombra sobre los Panamericanos de Caracas 1983, con 17 descalificaciones. Entre ellas no estuvo, sin embargo, la de Ben Johnson, protagonista en los Olímpicos de Seúl 1988 del positivo más famoso de la historia y que en Caracas disputó los 100 m lisos.
Venezuela trepó en el medallero gracias al sambo, un deporte que nunca más se incluyó en el programa y que deparó siete oros al equipo local. Ernesto Canto, Evander Holyfield y Pernell Whitaker fueron medallistas en esos Juegos.
En 1987 Estados Unidos presentó en casa un equipo más potente que nunca, con nombres como los de Greg Louganis, Gail Devers, Jackie Joyner, que igualó el récord mundial de longitud, y David Robinson, aunque lo que pasó a la historia fueron dos sonadas derrotas de la delegación local: en la final masculina de baloncesto, ante el Brasil de Óscar Schmidt, y en la de béisbol ante Cuba. La reina de los Juegos fue la nadadora costarricense Sylvia Poll, con ocho medallas, tres de oro.
La fiesta de Cuba y las manchas de Sotomayor y Betancourt
Los Juegos de La Habana'91 fueron los únicos, y lo siguen siendo, en los que Cuba superó a Estados Unidos en el medallero. Los norteamericanos no boicotearon la competición pero enviaron un equipo de segunda fila. Sotomayor, Quirot, Iván Pedroso o Félix Savón camparon a sus anchas.
Los estadounidenses recuperaron el mando en 1995 en Mar del Plata, pero Argentina dominó los deportes de equipo con triunfos en baloncesto, voleibol, hockey y fútbol. Hubo tres expulsiones sonadas: la del futbolista colombiano Arley Betancourt por pegar a un árbitro y las de los baloncestistas puertorriqueños Eddie Casiano y Toñito Colón por encabezar una revuelta encaminada a recibir 1.000 dólares a cambio de la participación en los Juegos.
El positivo por cocaína del cubano Javier Sotomayor enturbió el discurrir de los Juegos celebrados en Winnipeg en 1999. Fue descalificado cinco días después de ganar su cuarto título consecutivo en salto de altura.
Más allá de este escándalo, la segunda edición disputada en la capital del estado canadiense de Manitoba vio a la mexicana Ana Guevara ganar el primero de sus tres oros en los 400 m planos, al cubano Eric López sumar cinco victorias en gimnasia y a la selección brasileña femenina de voleibol privar a la de Cuba de su octavo título seguido.
Seis oros más obtuvo Eric López en Santo Domingo 2003, unos Juegos en los que Estados Unidos arrasó en el medallero, aunque dejó sitio para los triunfos del atleta local Félix Sánchez en 400 m vallas y del cubano Iván Pedroso en longitud (el tercero) y, en natación, del argentino José Meolans, el velezolano Ricardo Monasterio y los brasileños Fernando Scherer y Gustavo Borges.
La gimnasta estadounidense Nastia Liukin, campeona olímpica en Pekín 2008, ganó en Santo Domingo cinco medallas. Su compatriota Mickey Grimes dio positivo y perdió el oro que había ganado en los 100 m lisos.
Pereira, 'O Rei' en Río
El nadador Thiago Pereira, que se había estrenado en Santo Domingo con una plata y un bronce, se encumbró en Río 2007 con seis oros, una plata y un bronce. Con el tiempo sumaría 23 medallas en Juegos Panamericanos, más que ningún otro competidor.
El saltador de longitud panameño Irving Saladino, la futbolista Marta Vieira da Silva, la clavadista mexicana Paola Espinosa y la selección masculina de fútbol de Ecuador triunfaron en unos Panamericanos cuyo éxito fue clave para la obtención dos años después de la sede de los Olímpicos de 2016.
En Guadalajara 2011 volvió a brillar Thiago Pereira, junto a su compañero César Cielo, que ya poseía el récord mundial de los 50 y los 100 m libre. También repitió éxitos Paola Espinosa, acompañada en los clavados por Tatiana Ortiz y Yahel Castillo. Marisol Romero (5.000 y 10.000) y Juan Luis Barrios (5.000) engrosaron el medallero local en las pruebas de atletismo. El undécimo lugar de Guatemala fue una de las sorpresas.
La última edición disputada hasta ahora, Toronto 2015, supuso la salida de Cuba del podio final por primera vez en 44 años, desplazada por Estados Unidos, Canadá y Brasil. Colombia subió a la quinta posición, por delante de México y Argentina.
Thiago Pereira completó su ciclo triunfal de cuatro Juegos y 23 medallas y el canadiense Andre de Grasse se proclamó rey de la velocidad sobre la pista con victorias en los 100 y 200 m lisos.
La cubana Yarisley Silva, el dominicano Luguelin Santos y la colombiana Caterine Ibargüen, que llegaron como subcampeones olímpicos de pértiga, 400 m y triple salto, respectivamente, elevaron con sus triunfos el nivel de unos Juegos en los que también destacó la nadadora estadounidense Natalie Coughlin, doce veces medallista olímpica y que en Toronto, en el ocaso de su carrera, subió cuatro veces al podio.
La historia de los Panamericanos incorporará un nuevo capítulo a partir del próximo día 26, cuando los Juegos cumplan en Lima su mayoría de edad. La decimoctava edición espera ya a sus campeones.
EFE