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Los barranquilleros quedaron con ganas de gritar más de los dos goles.
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Mery Granados

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​La ‘sele’ ganó, Barranquilla aplaudió, pero el público pidió más

Las oportunidades conjuradas y el sinsabor de los penales errados llenaron de tensión a los aficionados que, a pesar del triunfo, esperaban un juego más nutrido.

La coquetería de la mujer barranquillera con su ‘pinta’ tricolor y la camaradería de los hombres con cerveza en mano en las calles de la ciudad fueron los aliados estratégicos del triunfo de la Selección Colombia ante los 11 de Venezuela que vieron entrar por su arco los dos goles de James Rodríguez y Macnelly Torres. 

Cuando el pitazo inicial sonó en la grama del estadio Metropolitano también sonaron canciones colombianísimas en discotecas, estancos, bares, parques y casas donde los barranquilleros y aficionados que no fueron al escenario deportivo vivieron apasionadamente el duelo de los convocados por José Néstor Pékerman y Rafael Dudamel. 

Sin embargo, en medio del optimismo por el buen juego que prometía la titular nacional fueron pasando los minutos y la tensión aumentó por la suma de opciones conjuradas y las ganas aguantadas de ver entrar la pelota en el arco de los visitantes. 

Una joven concentrada ante una de las jugadas fallidas de la Selección.

El templo de la salsa local, La Troja, fue testigo de uñas comidas, arengas a la ‘sele’, reclamos al árbitro, peticiones a los jugadores y gritos amagados. Poco a poco estos gestos fueron vislumbrando un partido del que Barranquilla parecía esperar más, pero aplaudió el resultado final.

Barranquilleros viendo el juego en La Troja.

Eudald Busqueta, un turista español, señaló que lo que más le llamó la atención del juego fue el “positivismo de la gente y la forma como reclamaban pero unían el baile con la festividad”. 

“Es fascinante ver la emoción y como se toman el papel de exigirle a los jugadores. Mis amigos me habían dicho que esto se vivía así, y ahora soy testigo de esa pasión por el fútbol en Colombia”, dijo Busqueta, oriundo de Barcelona. 

Pamela Araújo, una barranquillera de 36 años, aseguró que la emoción de ver jugar a la Selección siempre es la misma aunque las expectativas sean altas y no se cumplan a cabalidad.

Pamela Araújo aseguró que es emocionante ver un juego de Colombia en Barranquilla.

“Es un sentimiento que me heredó  mi papá desde pequeño. Salgo a ver los juegos donde haya buen ambiente y si me toca celebrar sola lo hago, como ahora que si hay un gol puedo hasta abrazar a la persona que tenga al lado. Eso es lo que despierta la selección”, dijo Araújo, hija del fallecido locutor deportivo Roger Araújo. 

Por su parte Andrés Quintero, uno de los guardias de seguridad de La Troja, indicó que la convocatoria de la gente en las calles fue menor y que aunque se sentía el ánimo, no se inundaron las calles como es de costumbre.

“El ambiente ha sido bueno, la gente quiere más, aunque en comparación con otras ocasiones no ha estado tan lleno. Uno se da cuenta cuando tiene que cuidar la calle porque los barranquilleros se aglomeran y pasan hasta el otro andén”, contó el guardia.

Algunas de las caras de tensión de los aficionados.

Con él estuvo de acuerdo Jorge Toncel, vendedor de accesorios de la Selección, al asegurar que “estuvo bastante quieto el ambiente, no se asemeja a otros partidos ni en los goles”.

“Apuradamente vendí 2 cornetas y eso que salí desde la 1 a rebuscarme. Faltaron más goles para que la gente me comprara más”, dijo el comerciante vestido con una pañoleta tricolor en la cabeza, un suéter amarillo y un jean holgado mientras hacía sonar un pito para llamar la atención de los compradores que disfrutaban  del partido a las afueras del estanco JK Licores. 

Pedro Pacheco, un vendedor de chuzos de carne, chorizo y butifarra, precisó que si bien la gente estaba esperando más, la tensión sirvió para que se abriera el apetito y tuviera mayor número de ventas. 

Pedro Pacheco dijo que el ambiente le abrió el apetitp a los barranquilleros.

“La gente se portó bien, con buen ambiente y comportamiento, brincando y saltando”, dijo Pacheco. 

Ambiente en JK Licores.

Osmani Pérez y Dinelvis De la Cruz, un pareja vestida con la camiseta azul de la Selección, vivió con entusiasmo el partido y pese a que reconocieron que pudieron ser más las oportunidades de gol aprovechadas, les dieron las gracias a los jugadores “por el buen rato que pasamos”.

Osmani Pérez y Dinelvis De la Cruz viendo el juego.

“Esto es excelente, cuando juega Colombia somos una sola familia. Nuestro personaje en la cancha fue Luis Muriel. Calificamos el partido como excelente. Siempre se puede más, pero chevere lo que nos dieron”, dijo Osmani Pérez luego de celebrar el segundo gol, anotado por Macnelly Torres. 

La pareja celebrando el gol de Macnelly Torres.

Sobre el próximo compromiso de Colombia, el martes ante Brasil, Dinelvis De la Cruz dijo que espera un resultado similar “y si se puede más será bien visto”.

“Es pronóstico reservado, cualquier cosa puede pasar por la rivalidad entre los equipos, pero la fuerzas y las ganas están”, finalizó. 

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