La revancha de Reyes: de apagafuegos a conquistar la décima estrella
Tras fracasar en el priner semestre, el samario regresó en agosto para reemplazar a Hernán Darío Gómez.
El 17 de agosto de 2023, Arturo Reyes inició su tercer ciclo como técnico del Junior en reemplazo de Hernán Darío Gómez, quien lo había relevado cinco meses atrás.
El samario recibió el equipo en el puesto 17 con apenas 3 puntos en cinco partidos y eliminado de la Copa Colombia.
Era la alternativa que le quedaba a Fuad Char tras no tener alguien confiable a la mano. Reyes tenía contrato hasta diciembre y esa fue la razón principal por la cual el exsenador lo llamó de nuevo.
Su designación no cayó bien en la hinchada del Junior, que no olvidaba la mala campaña del primer semestre en la que, a pesar de contar con Juan Fernando Quintero como refuerzo, dejó al equipo en el último lugar de la tabla con 6 puntos y eliminado de la Copa Sudamericana por el Deportes Tolima.
Reyes se fue en la séptima fecha después de la derrota 2-1 en casa ante Envigado. Dos días después asumió ‘Bolillo’ Gómez, quien por un punto se quedó por fuera de los cuadrangulares.
Gómez armó el equipo para el segundo semestre, pero tomó una decisión polémica que fue sacar al ídolo Sebastián Viera. A una semana de comenzar el campeonato estalló otro escándalo: la salida de ‘Juanfer’ Quintero, quien expresó que no se adaptaba al estilo del técnico antioqueño.
Todo esto, sumado a los malos resultados en las primeras fechas, minaron la resistencia de ‘Bolillo’, quien se fue un día después de quedar eliminado en octavos de final de la Copa Colombia ante el Cúcuta Deportivo.
El primer partido de Reyes en su tercera etapa al frente del Junior (la primera fue en 2021 tras la salida de Luis Amaranto Perea), fue contra La Equidad, en Bogotá, el cual terminó 0-0.
La primera gran alegría fue contra América, en Barranquilla, juego que Junior ganó 4-3, tras ir perdiendo 3-0 y tres días más tarde sumó otro triunfo importante de visitante ante Envigado (2-1).
Las goleadas seguidas al Unión Magdalena (7-1) y Alianza Petrolera (5-1) ilusionaron de nuevo a la hinchada, pero luego vino un bache de cuatro juegos que hicieron pensar que la suerte para alcanzar la clasificación estaba echada.
La victoria 3-2 sobre el Deportivo Cali lo mantuvo con vida, pero una nueva derrota contra Millonarios en Bogotá, lo puso a depender de un milagro para entrar al grupo de los ocho.
Después de ese encuentro, Reyes manifestó que si Junior ganaba los tres partidos que restaban clasificaría sin problemas a los cuadrangulares.
Y así ocurrió. Derrotó al Once Caldas (1-0), al Pereira (2-0) y al Huila (2-0) y no sólo clasificó, sino que entró como sexto.
En el cuadrangular nadie dada un peso por Junior, peor aún tras la derrota 3-1 en el primer partido contra Tolima, en Ibagué. Pero los dos triunfos en Barranquilla sobre el Cali (3-0) y Águilas Doradas (3-1) lo mantuvieron con opción de llegar a la final.
El empate 1-1 ante Águilas, en Rionegro, lo puso a depender de un milagro para clasificar, pero, en la fecha siguiente, Tolima cayó en casa ante Águilas y Junior le ganó 2-0 al Cali, con lo cual llegó a la última fecha, ante el Tolima, dependiendo de sí mismo.
Junior ganó 4-2 en un vibrante partido y, contra todos los pronósticos, accedió a la final en la que se enfrentaría al Medellín.
El primer partido, con un Carlos Bacca iluminado con un gol, lo ganó 3-2 y dio un paso importante hacia el título. En la vuelta, perdía 2-0 y de esta manera la posibilidad de quedar campeón, pero Vladimir Hernández, apareció en el momento indicado para marcar el descuento y forzar los tiros desde el punto penal, donde el tiburón fue más efectivo y se llevó el título.
Con Reyes, Junior acumuló en el remate del campeonato siete victorias consecutivas como local y, de 23 partidos dirigidos, ganó 13, empató 4 y perdió 5 para un rendimiento del 62,3%. Marcó 46 goles y recibió 25.
Si algo loable ha tenido Arturo Reyes es no desconocer la labor de su antecesor, Hernán Darío Gómez, a quien siempre le reconoció los méritos de haber conformado una gran nómina, lo mismo que al grupo de jugadores por su esfuerzo y entrega.
La vida le dio una nueva oportunidad en Junior y la supo aprovechar, convirtiéndose en el arquitecto de la décima estrella. Trabajó callado, sin rencores, sin responder a las críticas, ni a las voces que todos los días hablaban de que Junior estaba buscando técnico.