La anhelada estrella 11 está a dos partidos de distancia. En el llamado grupo de la muerte, Junior fue el mejor de todos, a pesar de perder en el último partido 2-1 con Independiente Medellín en el estadio Atanasio Girardot.

El rojiblanco contó con la fortuna de que América le ganó 3-2 a Nacional y que los 11 puntos cosechados le bastaron para llegar a la final contra el Deportes Tolima, que más temprano había superado 1-0 a Fortaleza.

Sin embargo, lo que pasó en Medellín debe ser un llamado de atención para lo que se viene.

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La actuación en el primer tiempo del equipo tiburón estuvo lejos de lo mostrado durante los primeros cinco juegos del cuadrangular, probablemente por el condicionante mental de que un empate bastaba para acceder al duelo con los tolimenses.

Desde el minuto 17 el equipo local empezó a avisar en el arco de Mauro Silveira, con remates de media distancia de Jaime Alvarado y Jarlan Barrera.

Los avisos terminaron convirtiéndose en una realidad a los 28 minutos, cuando el argentino Federico Fydriszewski encontró en la puerta del área a Brayan León, quien cumplió la ley del ex y anotó con un remate pegado al palo izquierdo.

Junior rápidamente tuvo la oportunidad de igualar el marcador con un penal a favor, pero Edwin Herrera disparó débil y al centro, por lo que el arquero Éder Chaux se quedó con la esférica.

Los de Alfredo Arias estaban rogando por irse a los camerinos para refrescar las piernas y dejar atrás la pesadilla de los primeros 45 minutos, pero faltaba un golpe más.

José Ortiz, otro ex Junior, aprovechó un mal rebote de Silveira y que Jermein Peña no pudo despejar la pelota con prontitud, para empujar la esférica en el tiempo agregado (45+9’).

La buena noticia para el equipo barranquillero es que América estaba ganándole 2-1 a Nacional, por lo que aún el tiquete a la final estaba en su bolsillo.

Pero necesitaba una reacción, por eso Arias decidió hacer tres cambios: salieron Yeison Suárez, Jesús Rivas y Carlos Esparragoza; entraron Jhomier Guerrero, Bryan Castrillón y Teo Gutiérrez.

La mejoría fue inmediata para Junior, que a los 48’ respiró con una pared de Paiva con Bryan Castrillón, quien ingresó al área y con la parte interna de su botín derecho mandó la pelota a guardar. 

Tener a Teófilo le dio la dosis de calma necesaria para no desbocarse ofensivamente y controlar los espacios que estaba aprovechando el Medellín durante la primera etapa.

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La mejor oportunidad del equipo paisa fue un tiro en el área de Léider Berrío, pero se encontró con un Silveira gigante.

Mientras en el Atanasio los últimos minutos fueron pasivos, en Cali el Nacional apretaba para dar vuelta al marcador, pero no le bastó. 

Después de un todos contra todos con algunas dudas, Junior hizo un cuadrangular inteligente, superando a rivales de peso como el Medellín, Nacional y América, para de esta manera volver a una final.

Para los de Arias será la oportunidad de darle una alegría navideña a su gente.