Ladislao Kubala, jugador húngaro del Barcelona.
Ladislao Kubala, jugador húngaro del Barcelona.
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"Kubala, hombre bueno y fútbol de toque": los recuerdos de Del Bosque sobre el crack húngaro

El entrenador español recordó a la leyenda del fútbol europeo.

La Embajada de Hungría conmemora este jueves el 90 aniversario del nacimiento de Ladislao Kubala. Al hablar de Kubala, de 'Laszy', en lo primero que hay que poner el énfasis es en la persona. Fue uno de los mejores jugadores de la historia, fue sobre todo un símbolo del FC Barcelona, pero como entrenador también tuvo una trayectoria apasionante.

Kubala tuvo una vida muy complicada. Mi mayor recuerdo es el de un hombre amable, nada ofuscado y que no se enfadaba. En una palabra, era un hombre bueno, en toda la extensión de la palabra.

Puede sorprender lo que digo, y más cuando en 1978, para el Mundial de Argentina, no me llevó. Había jugado en la fase de clasificación pero después tuve una lesión de peroné y él entendió que no me debía convocar, aunque yo ya estaba recuperado. No tengo rencor porque soy un hombre de fútbol y lo entiendo. Posteriormente yo también fui entrenador, tuve que hacer convocatorias y tuve que dejar fuera a futbolistas que se quedaron dolidos.

El jugador debe venir a la selección sin pedir nada a cambio y si no viene aceptar que forma parte de las decisiones de un entrenador. Eso es lo que me pasó a mi con Kubala, que fue la persona que me dio la oportunidad de jugar con la camiseta nacional por primera vez el 17 de abril de 1975 contra Rumanía (1-1). Fue en el Santiago Bernabéu y jugué los noventa minutos.

Kubala ha sido el seleccionador español más longevo, estuvo once años, de 1969 a 1980, y durante todo ese tiempo intentó hacer su trabajo lo mejor que pudo. Con honestidad. Era un hombre integrador y siempre trataba que las cosas discurrieran sin demasiadas alteraciones en el grupo.

Kubala era muy sencillo en sus planteamientos y creo que muchas veces esa sencillez, esa simplicidad, es una virtud. Le gustaba el fútbol de toque, era partidario de ese estilo, y siempre intentó llevar a los mejores, tan simple y tan obvio como eso.

Con el paso de los años se ha ido complicando o nos ha ido atacando a todos una fiebre táctica muy grande, pero yo creo que esa fiebre táctica vino después de Kubala. Jugábamos en zona y no había marcajes individuales.

Cuando se fue de España no tuve mucho contacto con él, pero no porque tuviera algún problema, solo que la vida y nuestras respectivas ocupaciones nos separaron. Desde luego, no tengo ningún reproche. Aprendí de él. Le considero un símbolo de hacer bien las cosas y de hacerlas como crees que debes hacerlas. Fue un extraordinario jugador con una historia impresionante.

A Kubala le gustaba estar en el campo, en la cancha, y participaba mucho en los entrenamientos. Se divertía y lo sabía transmitir. Eso sobre el césped, porque fuera era generoso. Siempre tenía los bolsillos abiertos para ayudar a todo el mundo. Recuerdo, como curiosidad, su costumbre de regalar una gorra roja de terciopelo a todos los que íbamos debutando con la selección, con la fecha bordada en amarillo. Yo la conservo en Salamanca. Ese gesto tenía su origen en la tradición nacida en el primer partido internacional de la historia, el Escocia-Inglaterra, que se disputó en 1872. En esa efemérides, los participantes recibieron una gorra. No se puede olvidar ese instante.

Entre los recuerdos que también guardo está el del partido que jugamos contra Yugoslavia, en octubre de 1976, en Sevilla, que ganamos con un gol de Pirri de penalti, casi al final, y en el que debutó Juanito. Con aquella selección entrenábamos en el campo del Pegaso, en Madrid. La selección española no tenía ninguna instalación y había que buscar que nos cedieran alguna.

Por eso, cuando pongo el acento en que el fútbol español ha cambiado es porque la selección que yo conocí con la actual no tiene nada que ver. Ni en condiciones, recursos ni en nada. Ha sido un cambio extraordinario que hay que valorar.

Casualidades de la vida, mi último partido como jugador con la selección, el 15 de junio de 1980, frente a Bélgica en San Siro (Italia), coincidió con su marcha unos días después. Ladislao Kubala hoy tendría 90 años.

EFE

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