Luego de su decepcionante empate la tarde de este domingo ante las Águilas de Rionegro, al Junior de Barranquilla le tocará escalar, durante toda la próxima semana. Literalmente. 

Primero, visitando al Bolívar de La Paz, en el campo del estadio Hernando Siles, Bolivia, y acto seguido jugándose el pellejo en la Liga Colombiana, ante el Deportivo Pasto, en la cancha del estadio departamental La Libertad, de la capital de Nariño. 

Del jueves 8 de abril, al domingo 11, serán 6.167 metros sobre el nivel del mar los que los jugadores barranquilleros deberán asumir para mantenerse en competencia. 

De un lado, en La Paz jugarán a 3.640. Luego, con las fuerzas que les queden, deberán afrontar en Pasto los 2.527. 

Para que se haga una idea de lo que es esta altura acumulada, un ejemplo gráfico, metro sobre metro: la Sierra Nevada de Santa Marta, en su punto más alto, el pico Cristóbal Colón, toca el cielo a 5.775 metros sobre el nivel de las playas samarias. 

Es decir, el organismo de los jugadores barranquilleros sobrepasará esa altitud de forma acumulada por 392 metros. Eso, en apenas 4 días y con 180 minutos de exigencia de alta competencia. 

¿Qué va a hacer Luis Amaranto Perea ante tal circunstancia? Lo cierto es que, en primer lugar, a Junior ya no le queda espacio para ‘acomodar’ una nómina para el duelo ante el Pasto y enfocarse en hacer un buen papel en Bolivia. 

Las cosas ahora se han invertido. Parece que ahora el partido en La Paz no es tan urgente, pues la vuelta se jugará la semana próxima en Barranquilla, y aún perdiendo por poco, incluso marcando un gol de visita aunque el resultado sea adverso como por ejemplo un 2-1 o 3-1 en contra, sería un marcador factible pensando en una remontada.

En cambio, el duelo en Nariño no tiene vuelta de página y ganar es la obligación para poder pasar a la siguiente ronda del torneo colombiano. Con 29 puntos y una diferencia de +8, un triunfo los dejaría en la otra ronda, sin mayor duda. 

El tema está en cómo Perea puede gestionar su equipo ¿Hay material humano para mandar un equipo ‘B’ a La Paz? Y la duda más importante aún: ¿Ese equipo alterno de Junior podría sacar el resultado que sostenga al conjunto en competencia?

Y sumar que en este momento Miguel Ángel Borja, pieza clave como goleador del equipo, además de Jhon Pajoy, siguen lesionados. Además jugadores veteranos como Teófilo Gutiérrez, por el natural paso de los años, sienten el golpe de la altura y su acumulación en pocos días. 

Es de recordar que Luis Amaranto en una semana se juega sus dos objetivos a corto plazo más importantes: el avance a la fase de grupos de la Copa Libertadores y el paso al octogonal del torneo nacional. 

Para un DT que sumó cuatro eliminaciones al hilo en la temporada anterior, en Liga Copa Libertadores, Copa Sudamericana y Copa Colombia, quedarse en una semana con las manos vacías parece que representa un peso muy alto para poderlo sostener. 

El quebradero de cabeza de Perea, en este momento, está en su mejor punto. 

Y para los jugadores, el momento de sacar el amor propio, es ahora.