Junior, de fracaso en fracaso: técnico y varios jugadores con ciclo cumplido
El equipo tiburón volvió a tener un semestre para el olvido tras su eliminación de la Copa Sudamericana y la final de la Liga.
No es fracaso para Didier Moreno que Junior, jugadas cuatro fechas de los cuadrangulares, no tenga ninguna posibilidad de pasar a la final de la Liga, y con un solo punto de 12 posibles, igual que en el segundo semestre de 2022.
Tampoco es fracaso haber quedado eliminado en la fase previa de la ronda de grupos de la Copa Sudamericana, tras caer en la tanda de penaltis, en partido único y en casa, ante el América de Cali.
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Por lo menos, en 2024, Junior llegó a la última fecha de los cuadrangulares con opción de avanzar a la final. En el primer semestre, con Arturo Reyes como técnico, perdió 2-0 con Millonarios y quedó afuera. En el segundo semestre, con César Farías al frente, cayó 1-0 con América y también dijo adiós.
Lo que más indigna al hincha del Junior es ver la desfachatez de sus jugadores, su indolencia. Bajo ninguna circunstancia aceptan que en este semestre volvieron a fracasar, como el año pasado, cuando quedaron eliminados en octavos de final de la Copa Libertadores, de la Copa Colombia y de la final de los dos torneos ligueros.
Farías, que después de la eliminación de la Sudamericana tenía un pie fuera del equipo (lo salvó el triunfo angustioso sobre Millonarios), vuelve a estar en el ojo del huracán y con varios nombres sonando como posible reemplazo.
Los 37 puntos que sumó para quedar tercero en el todos contra todos quedaron en el olvido. Ahora le cuentan que solo ha hecho uno de 12 en los cuadrangulares, razón más que poderosa para que se dé su salida del cargo, por más que tenga contrato hasta diciembre.

Farías es señalado como el mayor responsable de la debacle de Junior en los cuadrangulares y, probablemente, asista la razón en esa apreciación, pero detrás de él hay una serie de jugadores a los cuales les quedó grande la camiseta del equipo rojiblanco. Varios llevan años en la institución acumulando fracasos, viendo desfilar técnicos y pasando de agache.
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Farías nunca ha asumido sus culpas por el irregular desempeño de Junior desde que él asumió la dirección técnica. Siempre las descargó hacia jugadores, árbitros y periodistas, a quienes responsabilizó de la baja asistencia de público al estadio porque, según él, transmitían un mensaje errado, como si la afición no viera los partidos del equipo para formarse su propia opinión.
En este semestre quedó corroborado que hay jugadores a los cuales se les acabó la cuerda en Junior. Hubo varios que ni siquiera debieron haber llegado al equipo y que se sabía de antemano que iban a ser un fracaso: José Cuenú, Yani Quintero, Marco Pérez, Andrés Colorado y Jhon Lerma.
Otros que hace rato debieron irse, pero que año tras año les fueron renovando el contrato sin ninguna justificación. Ejemplos claros son Luis ‘Cariaco’ González y Didier Moreno, para quien quedar eliminado de todo no es fracaso.
Otros que tuvieron un buen momento y aportaron para la consecución de la décima estrella, pero nunca más volvieron a ser los mismos: José Enamorado y Déiber Caicedo.
Bryan Castrillón, quien tuvo un buen comienzo y justicieramente se ganó un lugar en la titular, fue uno de los que decayó en su rendimiento en el cuadrangular.
Unos canteranos a quienes se cansaron de darles oportunidades y no respondieron: Howell Mena, Jhon Vélez y Fabián Ángel. Otros tuvieron pocos minutos: Jesús Díaz y Miller Bacca y nunca más volvieron a aparecer Léider Berdugo, Carlos Cantillo y Yeferson Moreno.

El portero uruguayo Santiago Mele, transferido esta semana al Monterrey de México, de lejos, fue el jugador más rendidor del equipo. De los pocos que se salvan, al igual que Jordan Barrera y Jhomier Guerrero, más allá de las fallas de este último en el juego contra América, en Cali.
Los paraguayos Javier Báez y Guillermo Paiva tuvieron un semestre aceptable, mientras que Steven ‘Titi’ Rodríguez, a pesar de ser el máximo goleador en la Liga (5 tantos), no cuenta con la aprobación total de la afición y parece conformarse con el rol de rematador de partidos.
Edwin Herrera tuvo altas y bajas, al igual que Yimmi Chará, quien funcionó mejor cuando Farías lo reubicó como mediocentro.
Daniel Rivera, quien vino de Fortaleza, quedó en deuda y retratado en los partidos del cuadrangular. Nunca fue un jugador que brindara garantía total en la defensa.
Caso aparte es el de Carlos Bacca. El porteño mostró un nivel similar y quizá peor al del primer semestre de 2023, que puso en duda su continuidad en Junior. Esta vez ni siquiera terminó jugando por una lesión en el tendón de Aquiles, de la que fue operado y que lo sacará de competencia por un largo tiempo. Su futuro es incierto.
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Teófilo Gutiérrez, quien regresó al Junior contra la voluntad de Farías y había contribuido en algo a la mejoría futbolística del equipo, se lesionó en el primer partido del cuadrangular y se desconoce qué planes tiene el club con él. Su contrato termina a finales de este mes.
Fuad Char, que hace nueve meses apostó por Farías para reemplazar a Arturo Reyes, lo complació en lo que más pudo. Hasta estuvo a punto de traerle a James Rodríguez.
El respaldo que en su momento Fuad le brindó al venezolano ya no es absoluto y nadie descarta que al final del torneo haya un cambio de timonel. Ya se barajan nombres, pero esta vez se espera no repetir los errores del pasado como ocurrió con la contratación de ‘Bolillo’ Gómez y del mismo Farías.
