Junior cae en picada: de pelear la punta a estar a punto de salir de los ocho
Una semana para el olvido vivió el conjunto barranquillero.
La reciente caída de Junior en Tunja a manos del Boyacá Chicó crispó los nervios de sus hinchas que en buena parte piden la salida de Luis Amaranto Perea de la conducción técnica del equipo. En una semana el equipo rojiblanco pasó de rozar el cielo con las manos a un infierno en materia de resultados.
Junior inició una verdadera caída en picada en los últimos tres partidos y de ese equipo con un buen rendimiento, no quedó sino algunas pocas sombras. Las tres jornadas sin ganar son un dolor de cabeza para la dirigencia, que luego de una inversión fuerte no le resulta fácil digerir que el elenco esté lejos de lo esperado.
El cuadro rojiblanco perdió el examen más duro, con el gran líder el Deportivo Cali, cosas que para las aspiraciones del título preocupa. Pero eso no es lo peor. Lo más terrible de todo, es que apenas empató con un Envigado que no había ganado hasta ese momento y fue la primera víctima de un Chicó que no sabía lo que era ganar en el campeonato.
Su defensa quedó en evidencia más que nunca en esta semana. Pese a que algunos se rasgaron las vestiduras ante la afirmación de que el equipo se venía defendiendo mal, lo cierto es que en ocho días le marcaron seis goles, que es lo mismo que decir, que lo despacharon de a dos por juego.
La escena en una de las fotos desnuda la situación. El defensa central Willer Ditta mira el balón en las redes, al tiempo que el capitán Sebastián Viera le reclama a Dany Rosero cómo soltó al delantero, mientras que en el fondo Marlon Piedrahita observa la escena con desconcierto.
Y aunque, como ya se dijo acá, su delantera no está mal pues pudo marcar cuatro goles en ese mismo número de fechas, a la hora de verdad su ofensiva no tiene ningún respaldo por parte de la zaga.
Ya hay jugadores imposibles de apuntar como las caras visibles del bajón. Más allá de las bajas por lesión de pilares fundamentales como Germán Mera y Gabriel Fuentes, el lateral Marlon Piedrahíta y el central Dany Rosero salieron muy mal parados de los dos goles que marcó el cuadro ajedrezado en el último duelo.
Johan Castro y Homer Martínez parece que llegaron al equipo a llenar un cupo y nada más. Pues ante la ausencia de los titulares y el mal nivel de las otras opciones, estos no fueron ni tenidos en cuenta para la convocatoria.
Perea se la juega por una apuesta claramente perdedora, en ese sentido.
Y no es que se pudiera decir que era una situación límite para probar y hacer cambios por dos cosas:
En primer lugar, Junior jugó con el último del torneo, que no había ganado desde el año pasado. Para un equipo construido para ser campeón en Colombia, ni el frío, ni la altura ni el estrés pueden ser razón para ser menos que el Chicó. Y lo peor de todo, siendo sometido en gran parte del juego.
Por el otro lado, resulta inentendible las razones de excluir del juego a Fabián Ángel, siendo el volante que logra darle equilibrio a Junior, aportando la marca que no pueden dar jugadores más ofensivos como Fabián Sambueza, Freddy Hinestroza y un cuestionable Juan David Rodríguez que sumó muchos minutos, pero da pocos resultados.
A Luis Amaranto Perea se le acabó el crédito. Hasta ahora lo único que tiene en su cuenta son las cuatro eliminaciones seguidas que lleva y ahora tres fechas sin ganar. Todo parece indicar que el cambio de aires está más cerca que lejos.
Y en caso de que le alcance para llegar al banco el miércoles, una cuarta fecha sin ganar no está en las cuentas de nadie y el cobro por esto seguramente será un punto final para él y todo el cuerpo técnico que mandó a traer este año.
La Copa Libertadores está en ciernes y Junior no aguanta otro ridículo continental.