Jasper Philipsen se llevó un maratónico día, de seis horas de pedal y final al sprint
El esloveno Primoz Roglic mantuvo la camiseta roja a tres días del final.
El belga Jasper Philipsen (UAE Emirates) se convirtió en "Marathon Man" en la meta de Puebla de Sanabria (Zamora) tras conquistar al esprint la decimoquinta etapa, la más larga de la presente edición de la Vuelta a España, con 230,8 kilómetros, y pasar más de 6 horas sobre la bicicleta, mientras que Primoz Roglic se aferró al liderato.
Philipsen llegó a la Vuelta como debutante y dispuesto a estrenarse en una grande. En Ejea de los Caballeros fue segundo, en la jornada maratón se coronó con un gran esprint en el que se anticipó a los alemanes Pascal Ackermann (Bora Hansgrohe) y Jannik Steimle (Deceuninck Quick Step), después de un peregrinaje desde Galicia de 6 h.22.36 marcado por la lluvia y el viento.
Día largo más que duro, como reconocía Enric Mas en meta, pero de los que desgastan. Las piernas duelen, y dolerán hasta Madrid, como señalaba Josean Fernández Matxin, director del UAE avisando de que el esloveno Primoz Roglic no se va a pasear hasta el domingo.
Quedan tres etapas y el líder es Roglic, quien mantuvo la roja sin problemas con las mismas diferencias, es decir, tiene al ecuatoriano Richard Carapaz a 39 segundos, al británico Hugh a 47, al irlandés Dan Martin a 1.42 minutos y al español Enric Mas a 3.23.
La etapa maratón no ofrecía ningún plácido paseo. Cerca de 4.000 metros de desnivel, 5 puertos y más de 6 horas sobre la bici con tiempo desagradable. De inició ritmo alto y batalla por la fuga, que no se concretó hasta el ascenso al Alto de San Amaro (3a), primera de las cinco dificultades del día.
Una expedición interesante de 13 hombres, entre ellos un campeón mundial, Rui Costa; los españoles Alex Aranburu, Luis León Sanchez, José Joaquín Rojas y Jonathan Lastra, el doble ganador de etapa belga Tim Wellens y el líder de la montaña, el francés Guillaume Martin (Cofidis).
El ciclista galo se apunta siempre para recaudar puntos y llevarse el maillot de lunares azules. Coronó en cabeza los altos de San Amaro, Carcedo, Furriolo y Fumaces, todos de tercera , por lo que aseguró matemáticamente el título de la montaña.
A 50 kilómetros de meta un fuerte viento sacó los nervios tanto en la fuga como en el pelotón, separados por 1.30 minutos. El Bora Hansgrohe de Ackermnn, que había tomado el mando, recibió la ayuda del Trek y NTT, enfilando el grupo donde los favoritos tocaron la alarma por aquello de los abanicos.
Se empezó a rodar para neutralizar en la aproximación del último puerto, el Alto de Padornelo (3a), que esperaba con lluvia y 6 grados de temperatura para los 7 kilómetros de ascenso. El italiano Cattaneo se rebeló atacando contra viento y agua para buscar su primera gran victoria. Subió solo y coronó con renta jugosa de 1.10 sobre los perseguidores y 1.45 sobre el pelotón.
Una persecución angustiosa se abrió con la esperanza de Cattaneo y la ambición depredadora del pelotón que buscaba el esprint en Puebla de Sanabria. El viento hizo estragos y fue castigando metro a metro al italiano en su soledad, hasta que lo inevitable se concretó a poco más de 3 kilómetros de la última línea, donde se tomaron los tiempos debido a una mancha que obligó a la organización a modificar la carretera.
Borrón y cuenta nueva, otra etapa corta y explosiva en escena. El grupo en pleno se lanzó a toda velocidad. Favoritos fuera. Quedaron al frente los aspirantes a discutir la etapa por velocidad, en un escenario en ligera subida.
El Bora trató de acomodar a Ackermann desde lejos, pero su plan lo desbarató más lejos aún el danés Michael Morkov para colocar al alemán Steimle. Con la fiesta desatada apareció como una bala Philipsen, se puso al frente y ya todo fue celebrar la victoria de su vida, para delirio del UAE Emirates.
Este viernes el pelotón afrontará la decimosexta etapa, entre Salamanca y Ciudad Rodrigo, de 162 kilómetros.
EFE