El delantero del Tottenham Hotspur Harry Kane rescató este sábado, en el tiempo de descuento, un valioso punto para Inglaterra en Hampden Park (2-2), en un partido con un final de infarto, en el que se vieron tres goles en los últimos cinco minutos.

Cuando todo apuntaba a la sorpresiva victoria de Escocia, gracias a dos tantos de libre directo de Leigh Griffiths, en el 87 y en el 90, Kane, que portó el brazalete de capitán, acudió puntual a su cita con el gol y evitó la que hubiera sido la primera derrota de Inglaterra en una fase de clasificación desde el año 2009 (34 partidos).

Después de unos primeros 45 minutos soporíferos, con Escocia cerrada atrás buscando pescar algo en un contragolpe e Inglaterra sin referencia en el centro del campo, el partido de selecciones más antiguo del mundo hizo las delicias de los aficionados neutrales, que disfrutaron de un final de infarto.

Sabían los escoceses de la importancia de no perder para seguir soñando con Rusia, y estuvieron a segundos de llevarse los tres puntos de no haber sido por el arreón final de los de Gareth Southgate.

El seleccionador inglés salió al césped de Hampden Park con siete de los once jugadores que ganaron en marzo a Lituania (2-0): se cayeron del equipo titular Stones, Keane, Oxlade y Sterling y entraron Smalling, Cahill, Livermore y el joven Rashford.

Por su parte, Gordon Strachan, el técnico de la 'Tartan Army', introdujo dos modificaciones con respecto al equipo que ganó a Eslovenia en marzo (1-0), y dio entrada a Berra por Martin y Anya en el carril derecho en lugar de Forrest.

Poco o nada de fútbol se vio en la primera mitad, en la que sólo hubo dos ocasiones de peligro, una de Griffiths en el minuto 6 que atrapó fácil Hart y otra, pasado el primer cuarto de hora, de Kane, quien, con todo a favor desde el área pequeña, disparó alto.

La mejor ocasión del encuentro hasta ese momento llegó a la vuelta de vestuarios, con un disparo de Livermore, la mayor sorpresa en el once, que tocó en Robertson y repelió el palo.

Inglaterra mejoró con el ingreso de Oxlade-Chamberlain, que entró en el 65 por el decepcionante Rashford, y cuando llevaba cinco minutos sobre el césped finalizó una gran jugada personal para poner por delante a los suyos.

Sin embargo, cuando todo apuntaba al triunfo visitante, la garra de los escoceses salió a escena, y Griffiths acudió al rescate de los suyos con dos golazos de libre directo prácticamente idénticos en apenas tres minutos.

Primero perforó la escuadra derecha de la meta de Hart y acto seguido, en una jugada calcada, colocó la redonda en el fondo de las mallas por la parte baja del palo izquierdo para poner por delante a los suyos y desatar la locura en las gradas de Hampden Park.

Ahí apareció Kane. El capitán de Inglaterra evitó la derrota de los suyos en el 92, cuando remachó de primeras un balón en el área pequeña tras un centro desde la izquierda de Sterling, en una jugada que había arrancado con un libre directo de Dier que repelió magníficamente bien Gordon.

No hubo tiempo para más en Glagow, y Escocia e Inglaterra se repartieron los puntos en un duelo con un final completamente loco. Con este empate, los de Southgate se mantienen en lo más alto del Grupo F, con 14 puntos, tres más que Eslovenia, mientras que Escocia marcha en cuarta posición, con seis puntos menos que sus vecinos del sur.

EFE