Álvaro Morata abrió el marcador para España.
Álvaro Morata abrió el marcador para España.
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EFE

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Füllkrug salva del desastre a Alemania

El delantero marcó el gol del empate 1-1 ante España.

Niclas Füllkrug, que volvió a marcar, en su segundo partido como internacional, dio oxígeno a Alemania este domingo en un encuentro en el que Álvaro Morata había adelantado a España, en choque correspondiente a la segunda jornada del grupo E y en el que la tetracampeona mantiene intactas sus esperanzas a pesar de ser última del cuarteto.

La 'Mannschaft', sorprendida por Japón -que este domingo cayó ante Costa Rica (0-1)- suma un punto, dos menos que ticos y asiáticos, y a tres de España, a la que le basta con empatar el jueves contra los samurais azules para pasar ronda, en un grupo en el que aún puede pasar de todo, y todos dependen todavía de sí mismos.

Hansi Flick, que hace dos años completó el sextete con el Bayern Múnich y que hace año y medio sustituyó en el cargo de seleccionador a Joachim Löw -que guió a la 'Mannschaft', hace ocho años y en Brasil, a su cuarto título- efectuó dos cambios con respecto al equipo que cayó el miércoles ante Japón.

Sentó a Nico Schlotterbeck (Borussia Dortmund), por cuyo carril entró 'hasta la cocina' Takuma Asano para batir a Manuel Neuer -capitán y uno de los líderes del cuadro alemán- por segunda vez y ponerle la puntilla a la tetracampeona en su debut. Y en su lugar recuperó a Thilo Kehrer, del West Ham inglés, el jugador que más había utilizado en los 15 partidos oficiales que dirigió antes de viajar a Oriente Medio, y que no jugó ni un sólo minuto contra Japón. Kehrer, que también puede jugar en ambas posiciones, lo hizo en el lateral derecho; y Niklas Süle, que había ocupado ese puesto ante los asiáticos, compartió el centro de la defensa germana con el madridista Antonio Rüdiger.

Flick también sacó del 'once' a Kai Havertz, punta del Chelsea, que admitió dos días antes del partido que, aunque podía jugar en varias posiciones y que prefería hacerlo de '9', los delanteros estaban para meter goles y que él no había marcado ante los samurais azules. En su lugar introdujo a Leon Goretzka, al que conoce bien del Bayern, que compartió el centro de campo con otra de las estrellas del equipo muniqués, Joshua Kimmich y con Ilkay Gúndogan, del Manchester City, autor -de penalti- del único gol ante Japón. Y uno de los que 'incendió' el vestuario al declarar, tras el partido, que había gente que no quería tener el balón y que no se ofrecía en los momentos complicados.

A pesar de que se esforzaron en aseverar que tras las reuniones internas se había recuperado la armonía, al centrocampista Julian Brandt, centrocampista del Borussia Dortmund, uno de los reservas del equipo, se le escapó en la rueda de prensa que compartió con Havertz (en la que aparte del 7-0 se les preguntó por el 6-0 que el equipo de Luis Enrique le había endosado a la Alemania aún de Löw en noviembre del 2020, en la Cartuja de Sevilla) se le escapó que estaban en una "situación de mierda".

La derrota ante Japón no hizo más que agravar las cosas, porque Alemania, desde que llegó a Catar -tras jugar un último amistoso en Omán-, ha estado rodeada de varias polémicas y se ha visto inmersa en otras. Nada más llegar, fue de los equipos que anunció que portaría el brazalete arcoíris 'One love' , en contra de la discriminación por orientación sexual. Neuer afirmó que lo portaría, que tenían el apoyo de su federación y que si hubiera que pagar alguna multa, la afrontarían sin problemas. Cuando se habló de posibles tarjetas amarillas estudiaron la posibilidad de ir rotando la capitanía, antes de que la Fifa llegase a un 'acuerdo' interno con los equipos y el asunto del brazalete pasase a un segundo plano.

Los alemanes decidieron posar, antes del primer partido, tapándose la boca. Antes de que se la tapase, deportivamente, Japón. Otro motivo por el cual en la previa del partido de este domingo, a Flick -que contestó a Efe durante la misma que admiraba al seleccionador español, el asturiano Luis Enrique- se le preguntase si no habían estado ocupados con demasiados asuntos extradeportivos.

"No", contestó, de forma lacónica y contundente el técnico de Heidelberg, que fue participé de una nueva controversia, al presentarse en dicha conferencia de prensa, como era preceptivo, en compañía de uno de sus jugadores. Alemania se aloja en el lugar más alejado del epicentro mundialista, en Al Shamal, la localidad más norteña de la península, situada a unos 120 kilómetros de Doha. Y prefirió pagar la multa por dicha incomparecencia a fin de ahorrarse innecesarias fatigas. Pero volvió a llamar la atención.

El delantero Leroy Sane, que no jugó contra Japón, volvió a los entrenamientos este fin de semana, después de sus problemas con la rodilla derecha, pero no salió en el once titular. En cuyo ataque formaron tres de sus compañeros en el Bayern: la joven estrella Jamal Musiala -de 19 años, que antes de jugar con Alemania pasó por todas las categorías inferiores de la selección inglesa- por la izquierda, el veterano Thomas Müller en punta y Serge Gnabry por la derecha.



Müller demostró su gran categoría nada más empezar, al desviar en el séptimo minuto un disparo de Dani Olmo, al que los alemanes conocen bien, porque juega en el RB Leipzig.Y poco después Müller envió el primer aviso alemán, en un contraataque en el que cedió al hueco a Gnabry, que estaba, no obstante, en fuera de juego. Al igual que Rúdiger, que cabeceó al fondo de la red, en el 40, una falta botada por la derecha por Kimmich. En jugada que fue invalidada rápidamente.

Al descanso se llegó sin goles y Müller inquietó de nuevo, nada más reanudarse el partido; aunque, de nuevo en posición de fuera de juego.

Luis Enrique, que en la previa respondió a Efe que prefería gestionar situaciones adversas a ambientes de euforia, había indicado asimismo en la víspera que Alemania era el equipo que más se parecía a España. Tanto, que ambas juegan con sistemas parecidos. Y ninguna movió el banquillo tras el descanso -el gijonés lo hizo a los 10 minutos, dando entrada a Morata por Ferrán-. Kimmich obligó a lucirse a Unai Simón instantes después. Justo antes de que éste viese la tercera amarilla de su equipo, por dura entrada a Olmo, después de las de Goretzka -que había zancadilleado a Marco Asensio poco antes- y Kehrer -en la primera parte, por derribar a Ferrán.

Alemania se lo estaba poniendo difícil a la roja, pero no pudo frenar una entrada por la izquierda de Jordi Alba. Y Süle vio como Morata le robaba la cartera para hacer el primer gol en el 62.

Flick volvió a quitar a Müller y a Gündogan; y recurrió a Sane y a Füllkrug -debutante con gol en el amistoso de Omán- y Lukas Klostermann, compañero de Dani Olmo en el Leipzig, entró por Kehrer. En un triple cambio, en el 70.

Füllkrug y acto seguido Musiala tuvieron el empate en sus pies, pero chocaron con el infranqueable Unai Simón.

Sané también enseñó su cuchillo; y en el 80 una falta directa de Kimmich se estrelló con la barrera española. Pero fue Füllkrug -dos partidos y dos goles- el que acabó anotando el empate, en el 83, al aprovechar el servicio de Musiala.

En el último suspiro, Sané puso el corazón en un puño a la afición española, al plantarse solo ante Unai. España acabó por dando bueno el empate. Y Alemania respiró, gracias al gol de Füllkrug.

EFE

 

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