En Junior, silencio sepulcral por los desmanes y fallas de logística en el 'Metro'
Hasta el momento el club rojiblanco no se ha pronunciado por los hechos ocurridos el lunes en el partido contra Bucaramanga.
Hacerse los de la vista gorda es la principal característica de Junior como institución cuando se presentan incidentes como los del pasado lunes antes, durante y después del partido contra Bucaramanga, que dejó heridos a varios seguidores del equipo leopardo.
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Cuarenta y ocho horas después de esos hechos violentos, que generaron pánico en las tribunas del estadio Metropolitano Roberto Meléndez, que ocasionaron que el juego se detuviera durante varios minutos, que originaron que mucha gente se retirara en pleno partido, de parte del club rojiblanco no ha habido ningún pronunciamiento al respecto.
El tan promocionado ‘Día del Hincha’ resultó ser una pesadilla para un gran número de aficionados y no solo por los desórdenes que se presentaron dentro y fuera del escenario deportivo, sino por la falta de facilidades para acceder a este, y ni hablar del ingreso, todo un desastre ya que la plataforma el operador logístico (W Arena) tuvo fallas técnicas que ocasionaron que se presentaran largas colas y, al final de cuentas, muchos aficionados ingresaran sin mostrar siquiera su boleta digital.
Dentro del estadio el descontrol fue total. Aficionados del Junior persiguiendo, en plena tribuna y con puñal en mano, a los del Bucaramanga, con una clara intención de segarles la vida, sin importar que había niños y mayores presentes. Uno de ellos se salvó milagrosamente porque logró refugiarse en el palco de Acord Atlántico, a donde llegó corriendo despavorido y manifestando que la turba lo perseguía para matarlo.
Después de este momento de terror en las tribunas, varios de los aficionados que abandonaron el estadio prometieron que jamás volverían, ya que no estaban dispuestos a volver a exponer sus vidas y las de sus acompañantes.
Lo que prometía ser una gran fiesta, que marcaba el regreso del hincha del Junior al estadio para ver jugar a su equipo, que realiza una gran campaña en la Liga, de la que es líder, se vio empañada por el comportamiento desenfrenado de un grupo de vándalos, que siguió la reyerta en las afueras del estadio.
De nada han servido las campañas de culturización de hinchas impulsadas desde la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol.
Junior tampoco ha aplicado los correctivos pese a que ha debido pagar altas sumas de dinero en multas y cierres parciales y totales de tribunas por el mal comportamiento de sus aficionados, no solo en Barranquilla, sino en otras plazas del país. De no mediar nada extraordinario, se ve venir otra sanción a la plaza.

El año pasado fueron sancionadas las tribunas norte alta y oriental alta y el club fue multado con 10 millones 400 mil pesos por “conducta impropia de sus espectadores” en el partido contra Alianza, en el festejo de su centenario, el 4 de agosto. Esta consistió en el empleo de elementos inflamables (bengalas) que afectaron el normal desarrollo de dicho partido.
El 25 de mayo de 2024, también tras un partido contra Bucaramanga, Junior fue sancionado con tres fechas de suspensión parcial de la tribuna sur y multado con 14 millones 300 mil pesos por invasión a la cancha de sus aficionados por desmanes en la tribuna sur.
Las campañas de Junior para mitigar las conductas impropias de sus aficionados no han surtido ningún efecto ya que torneo tras torneo estos hechos vuelven a presentarse. De nada han servido las reuniones con autoridades locales, aumento del personal de seguridad, las campañas educativas, comunicaciones en redes sociales y otro tipo de medidas contra los hinchas violentos.
La queja continua de la dirigencia del Junior es que el público no acompaña en el estadio. De hecho, para este semestre, la venta de abonos estuvo muy por debajo de las expectativas, pero no hay que desconocer que desde la misma institución no se han implementado fórmulas, no solo para que la asistencia al estadio sea masiva, sino que sea segura.
Ni la prohibición de ingreso de las barras visitantes ha dado resultado. El domingo, las del Bucaramanga no tenían autorizada la entrada, pero, aún así, un grupo minúsculo apareció y festejó en la tribuna occidental alta lo que originó la reacción enardecida de sus pares del Junior, que hasta allá fueron a buscarlos con el ánimo de agredirlos.
Una de las razones, probablemente la más poderosa, de por qué la gente no acude al estadio a los partidos del Junior, quedó evidenciada el pasado domingo, pero esto no inmuta al dueño del espectáculo que, por lo visto, poco o nada le interesa la integridad de sus aficionados, muchos de los cuales, pese a la victoria del equipo rojiblanco, salieron aburridos por todo lo que les tocó vivir.
El mismo club se ha encargado de ahuyentar a su clientela al patrocinar, en varios casos, a barras cuya intención no es la de alentar sino la de causar desmanes en el estadio y que han sido más los perjuicios que los beneficios ocasionados.