Hace 11 años, exactamente en el 2012, la universidad de Kentucky se imponía en la gran final de la NCAA (liga universitaria estadounidense por sus siglas en inglés) ante Kansas, consiguiendo su octava consagración en la historia y, por ende, el segundo equipo con más campeonatos en los libros del certamen. 

En esa potente plantilla además de posar nombres, que luego llegaron a la NBA, como los de Darius Miller, Terrence Jones, Michael Kidd-Gilchrist, Doron Lamb, Marquis Teague y hasta el mismísimo Anthony Davis (uno de los mejores jugadores del mundo), estaba Eloy Vargas, el refuerzo estelar que hoy engalana a los Titanes de Barranquilla.

Zona Cero logró hablar con el poste dominicano sobre lo que se siente llegar a una plantilla como Titanes, hacer acto de presencia en tres citas mundiales y pasar por los mejores equipos de Latinoamérica.

Pregunta: Mucha gente se impresionó con su fichaje por los pergaminos con los que ya cuenta, ¿siente que ha alcanzado una carrera digna de admirar por la gente? 

Respuesta: Uno siempre vive agradecido con Dios por llegar a un nivel alto y alcanzar un rendimiento al que solo se le puede lograr trabajando. Me siento muy orgulloso de estar aquí representando a Titanes y jugando en la liga colombiana.

P: ¿Qué tuvo esta oferta que decidió tomarla por encima de otras? 

R: Tenía muchas ofertas, pero de verdad sentí que este era el momento perfecto para venir. Alberto Caparroso (presidente) había tratado varias veces de traerme a Titanes y se dio la coincidencia que quiero pasar este diciembre con mi familia en casa, así que esta era la mejor opción.

P: Imagino que ganar un torneo como la Liga Sudamericana también es un reto que lo llena de emoción…

R: Me llena de emoción. En el año de la pandemia, que estábamos jugando la Champions con Flamengo, no pudimos terminar las finales. Jugar la Liga Sudamericana es una gran emoción para mí, lo hice el año pasado con Aguada (Uruguay), pero este es un nuevo reto con un nuevo equipo.

P: ¿Cómo han sido esos primeros días en Titanes?

R: Tú sabes que cuando uno habla el mismo idioma, todo es más fluido. La química que Titanes tiene es notoria, el traer importados latinoamericanos es por eso mismo de facilitar el acople al equipo.

P: ¿Ha seguido algo del baloncesto en Colombia?

R: No sé mucho del baloncesto en Colombia, sé que es un deporte que está creciendo y son muchos los jugadores buenos que están trayendo. Tienen que mejorar muchas cosas, pero hasta ahora yo la veo muy bien.

P: ¿Cómo fue esa experiencia de jugar su tercer Mundial de baloncesto y hacer parte de quizás la selección más importante de su país en el último tiempo?

R: Uno se siente siempre orgulloso de representar a su país. El asistir por tercera vez a un Mundial es un honor bastante bueno para uno. Por lo menos, ya tengo que decirle a mis hijos cuando jugaba. Nos fue bastante bien, pues siempre hemos tenido casi el mismo equipo. El único que llegó de último fue Karl-Anthony Towns y la química que tuvimos dentro de la cancha fue bastante buena. 

P: No muchas personas saben que fue campeón de la NCAA, ¿Qué tal la experiencia?

R: Como dicen por ahí, ‘la locura de marzo’ (dicho de March Madness). Es verdaderamente una locura ser campeón allá. Más con el equipo que teníamos con jugadores como Anthony Davis, Terrence Jones y Michael Kidd-Gilchrist, todos jugaron luego en la NBA. Fue bastante lindo. Cuando regresamos a la universidad y nos recibieron todos los estudiantes, fue una locura, quemaban hasta los carros. 

P: ¿No se despertó el sueño de jugar en una liga como la NBA? 

R: El sueño de cada uno de los jugadores es llegar a la NBA. Tuve muchos tropiezos en el camino, pero me siento muy orgulloso de estar donde estoy y todo lo que he conseguido en el baloncesto.

P: ¿Algún jugador que admire? 

R: Siempre me ha gustado ver a Kevin Garnett por su forma, pero ahora mismo el ídolo de todo el mundo es LeBron James. Sabemos que hay muchos oponentes como Kobe (Bryant), Michael Jordan, pero me ha gustado LeBron porque lo hace todo.

P: ¿Entonces es hincha de los Lakers (risas)?

R: No, soy de Miami Heat (risas). 

P: ¿Dónde comenzó la pasión por el baloncesto? 

R: Comencé en las calles, jugaba con un arito que estaba puesto en un palo (poste) de luz. Después pasé a una escuela. Un primo mío fue el que me llevó a un club que estaba organizado para que empezase a jugar, pero primero jugaba béisbol, como todo dominicano.

P: ¿De qué jugaba? 

R: Short Stop, campocorto. Lo que pasó es que crecí y me retiraron (risas). Jugaba más o menos.

P: ¿Se imaginaba con una carrera como la que ha podido llevar? 

R: No, uno siempre pensaba jugar para su barrio en República Dominicana. Sin embargo, cuando ves juegos como los de la NBA, pues te quieres superar y tratar de llegar a ese nivel. 

P: ¿Algún deseo por cumplir?

R: Lo único que quiero es estar saludable para seguir produciendo y manteniendo a mi familia. Es el único deseo que tengo.

P: ¿Hijos? 

R: Tengo dos hijos, uno de tres años y otro que cumplirá dos en octubre. El más grande le gusta el baloncesto, pero el chiquito corre es por el fútbol, no sé como (risas). Lo voy a encaminar por el básquet también. 

P: ¿Le regalaría un consejo a todos esos jóvenes que quieren ser como usted?

R: En esta vida todo se acumula. El éxito se logra con la perseverancia, con la disciplina y el enfoque que llevas, con el sacrificio también que dispones como jugador para llegar al más alto nivel. Así lo hacen todos. Tienes muchas veces que dejar a tu familia atrás, levantarte temprano para entrenar y jugar teniendo dolores, pero todo se trata de eso.