Cuatro títulos en línea y una histórica coronación como invicto, parecen más la descripción de una película de ficción, que el tangible hecho del triunfo logrado apenas a inicios de esta semana por los Titanes de Barranquilla, un elenco que llegó al baloncesto profesional para demostrar cómo hacerse grande desde la cuna. 

No es fácil que un equipo recién nacido pudiera coronarse campeón en una liga profesional, ante elencos llenos de historia, como por ejemplo Piratas de Bogotá. 

Sin embargo, hay ciertas ocasiones cuando la voluntad de sus fundadores se alinea con un trabajo acertado y una planificación seria, que catapulta sus posibilidades a las estrellas.

Ahí fue cuando, desde el mismo momento de su nacimiento, Titanes dio el salto de calidad. 

“Titanes es un proyecto enfocado desde la óptica de empresa deportiva. Lo que uno ve al final, es el producto puesto en escena. Nosotros tenemos que poner un producto de alta calidad, para que la gente nos siga y tengamos buena métrica”, dijo el barranquillero Alberto Caparroso, presidente del club casi desde su fundación. 

El baloncesto, que es un deporte de equipo con cinco jugadores en la cancha, le robó el corazón a Caparroso que le aportó su mentalidad como empresario a la institución.

Ni siquiera el duro golpe a principios de año de fracasar en la Champions League les hizo cambiar su norte. Al contrario les alimentó de deseo para salir a buscar su cupo, de tal forma que lograron su cuarta consagración en línea y esta vez sin siquiera perder un solo partido. 

“El fracaso lo hemos vivido de manera muy profunda hace poco, fue un golpe muy duro no avanzar en la Champions League. Hicimos un esfuerzo con los patrocinadores, gastando gran parte del presupuesto, y todavía considero que nuestro equipo era el mejor y no clasificamos. Fue un fracaso muy duro y nos motivó”, enfatizó. 

Así que de tal forma, Alberto armó su ‘quinteto’ de normas por las cuales se rigen como organización para llegar al éxito y esos jugadores son: Planificación, Gestión Comercial, Continuidad del Proyecto, Trabajo en Equipo y Apuntar Alto.

Acá están en sus palabras, las definiciones para esas claves para el éxito deportivo. 

Planificación:“Titanes no es un proyecto improvisado, no vamos día a día ni es producto de los apasionamientos. Sí te hablo con honestidad no estaba en los planes ganar cuatro ligas consecutivas ni ser campeón invicto, pero sí ser altamente competitivo. Cuando uno le apuesta a esas cosas, ya tienes algo que va marcando la diferencia”. 

Gestión comercial: Un proyecto de  estos no sale sin recursos, Titanes no es un producto de jeques árabes, un proyecto 100% barranquillero que depende de su gestión. Por eso tenemos permanente un grupo de gente en la calle buscando patrocinio, un equipo de redes sociales pendiente de las métricas, observando siempre donde podemos sacar más recursos y hacer el producto más atractivo. 

Continuidad en el Proyecto: Tenemos el mismo entrenador desde el primer día y conservamos la misma filosofía de juego, le hemos dado continuidad al proyecto. Eso ha sido fundamental. Cada vez que salimos al mercado a buscar un jugador, tiene que estar dentro de lo que buscamos como equipo, es por eso que año a año hemos podido conservar la línea ganadora”. 

Trabajo en equipo: En calidad de presidente soy la cabeza visible, pero tenemos un equipo de trabajo. Tenemos una persona que maneja las cuentas y el dinero, que es fundamental, tenemos un jefe de prensa con mucha experiencia en los medios, tenemos un equipo de marketing digital. Es un equipo que se estructuró y no hago las cosas solo. Así está desde el primer día. 

Apuntar alto: Nos atrevemos a soñar, a apuntar alto, metas ambiciosas y alcanzables. La dejo al final porque me emociona atrevernos a soñar, sino lo logramos, por lo menos lo planificamos y lo intentamos. Queremos ser campeones de América, jugar un torneo intercontinental. No sé si lo logremos, pero trabajamos para eso y hemos obtenidos resultados que nos acercan a esa meta. 

Caparroso y su grupo de trabajo cargaron el trofeo el pasado lunes y cuando se miraron los unos a los otros el lema fue claro: “En Colombia ya no tenemos nada más que demostrar”. 

Su prioridad ahora es poder ensamblar un equipo competente para el segundo semestre, donde ya tendrán compromiso internacional.

Sin embargo exploran las maneras de poder llevar el equipo al próximo nivel, pues figuras claves como el puerrriqueño Guillermo Díaz y el panameño Ernesto Oglivie han recibido importantes propuestas de otras ligas, lo cual Caparroso admite que es casi imposible de igualar. 

Sin embargo, Titanes tiene algo especial que le permite ir completando talentos, como es el caso del argentino Selem Safar y el puerorriqueño Jonathan Rodróiguez, piezas claves del equipo que ya están asegurados en su continuidad. Igualmente se tratará de lograr retener al colombiano Juan Diego Tello. 

“Te voy a ser muy sincero, inicialmente la pandemia generó una oportunidad de mercado. La crisis económica en Argentina devaluó su moneda y a Selem Safar le ofrecimos un contrato en dólares y él llegó y se encontró con un equipo bien estructurado y lo fuimos enamorando”, dijo.  

“Juan Diego tenía un contrato en Europa y no se lo renovaron y acá le ofrecimos algo similar y cuando llegó se fue enamorando y a Jonathan también le aseguramos un contrato anual. No todo es el dinero, además tienen los pagos al día, tienen química, son como hermanos y están bien atendidos y nos han tomado cariño”, enfatizó.

Finalmente indicó que ese “voz a voz” que han generado entre los jugadores de alto nivel en la cuenca del Caribe, es lo que les abre aún más puertas para seguir buscando talento. 

La entrega en los detalles, en la creación de un clima, las cosas que no se ven pero sí se sienten, los claves en el renacimiento de la pasión basquetera en Barranquilla, que ve despuntar con gloria a unos Titanes que le apuntan a seguir creciendo dentro de la duela y en el corazón de sus jugadores y fanáticos.