El legendario boxeador Jack Johnson llega a los cómics con "La gran esperanza negra"
Llevó a la raza negra al primer título mundial de boxeo.
"Por cada punto que gano, merecería dos", decía el primer negro campeón del mundo de los pesos pesados, Jack Johnson, encarcelado por motivos raciales e "indultado" más de cien años después, un "héroe" al que los españoles José María Mijangos y José Parra-Moreno dedican el cómic "La gran esperanza negra".
El cómic, que se presenta este martes en Madrid, cuenta en 330 páginas la historia del texano (1878-1946), apodado "el gigante de Galveston" por su lugar de nacimiento, y al que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, indultó póstumamente en 2018.
Johnson fue, según recuerdan los autores, injustamente condenado, en un caso de "claro racismo", y lo encerraron durante un año: "crucificaron a Cristo, ¿por qué no a mí?", se preguntaba cuando se enteró de la pena.
Esta nueva novela gráfica narra la vida del deportista, que lo tuvo todo en contra desde el principio porque "un negro solo podía pegar a un blanco... tras los barrotes de una prisión", y que murió en un accidente de coche.
"Vagabundo y mujeriego, vividor, dandi apasionado. Johnson era un poeta dentro y fuera del ring, con el orgullo necesario para convertirse en el héroe de toda una raza y en el mayor peligro para la pacata sociedad conservadora de principio del siglo XX", explica el autor de las ilustraciones, el arquitecto José Parra-Moreno.
Pasó su juventud en Nueva York bordeando la delincuencia y haciendo trabajos "dudosos" que le permitían mantenerse mientras aprendía la técnica del boxeo.
Empeñado en ser el mejor boxeador del mundo, consiguió en 1910 el campeonato del mundo de los pesos pesados en combate con el preferido de América y "gran esperanza blanca", Jim Jeffries.
Fue denunciado por proxenetismo y decidió huir a Europa, que recorrería de punta a punta boxeando pero también fue actor de 'music-hall', torero y hasta espía.
El estadounidense, "el mejor boxeador de la historia", vivió la vida "a golpes; jamás pidió perdón y se ganó tanto la admiración como el odio de América sin dejar jamás de sonreír", añaden los autores.
EFE